Ya van 3.500 afectados que sumarían un perjuicio económico de 500 millones de euros
MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
Santiago Fuentes Jover se ha negado a declarar este jueves ante el juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama como presunto cabecilla de una estafa piramidal con criptomonedas que se habría perpetrado a través del grupo empresarial Arbistar dejando al menos 3.500 afectados y un perjuicio económico de 500 millones de euros.
Como estaba previsto, Fuentes Jover ha comparecido a las 10.30 horas ante el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 4 pero se ha acogido a su derecho a no declarar, según fuentes jurídicas consultadas por Europa Press.
El caso llegó a la Audiencia Nacional el pasado mes de abril después de que un juzgado de instrucción de Arona (Tenerife) se inhibiera ante lo que se vislumbraba como una gran estafa.
En un primer momento, Calama cifró en 1.127 víctimas y 41 millones de euros estafados el alcance de esta 'criptoestafa', pero las últimas estimaciones del juzgado ya van por 3.500 afectados y 500 millones.
De acuerdo con el relato judicial, Arbistar prometía rentabilidades de entre el 8 por ciento y el 15 por ciento mensual y pagaba a los propietarios de las criptomonedas semanalmente.
"Pero lo que esta trama hizo presuntamente fue utilizar una parte del dinero obtenido de los inversores para entregarlo a otros inversores anteriores en pago de los altos intereses convenidos", indicaba el magistrado.
Calama vio en estos hechos posibles delitos de estafa agravada, organización criminal y delito continuado de falsificación en documento mercantil, así como blanqueo de capitales, un ilícito que ha optado por indagar en una pieza separada para no entorpecer la investigación principal.
EL CLUB DEL MILLÓN DE EUROS
Según las acusaciones, Arbistar comenzó a funcionar en 2019, primero vendiendo un 'software' que hacía seguimiento del mercado de las criptomonedas para avisar al inversor de cuál era el mejor momento para comprar o vender, siendo el propio usuario quien debía hacer la operación manualmente.
Después ofrecieron un 'bot' al que posteriormente se sumaron sucesivos productos vinculados al mercado de las criptomonedas que anunciaban en vídeos de YouTube y a través de página web.
Las altas rentabilidades que garantizaban propiciaron que los 200 inversores iniciales se multiplicaran, hasta el punto de que el mercado nacional se les quedó pequeño y se dirigieron a inversores extranjeros, sobre todo en América Latina y el mundo árabe.
Además, pagaban un porcentaje a los inversores que traían nuevos clientes estableciendo un sistema de comisiones en cascada. Así, crearon 'el club del millón', un selecto grupo de unas 15 o 20 personas que habrían ganado cada uno más de un millón de euros en comisiones.
La estafa piramidal estalló en otoño de 2020 con las primeras denuncias. Entre los afectados, detallan las acusaciones, hay personas sin conocimientos informáticos ni financieros que entregaron dinero en efectivo para que Arbistar se lo invirtiera.