Sánchez quiere que el motor económico de España sea Cataluña. O dice que quiere, porque de cualquier declaración del presidente solo debe derivarse una interpretación: su personal conveniencia a corto plazo. El motor económico es el que es, y no descubrimos nada al constatar que el modelo que funciona es el madrileño, los números cantan, y que el modelo catalán es una caída sin fin, abismal. Cataluña fue la locomotora del país, pero gran parte de su empresariado, su Universidad, su escuela y sus medios vienen apostando desde hace décadas por el victimismo y el amiguismo. E impulsando una forma especialmente vil de proteccionismo, la barrera idiomática, que es de lo que he venido a hablar.
La barrera de protección de...
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