Viernes 10 de septiembre, primer día de la Feria del Libro de Madrid. La Reina inaugura el recorrido junto con el ministro de Cultura, Miquel Iceta, mientras los libreros y editores, engalanados en sus casetas, ponen todo a punto para celebrar su octogésima edición tras el parón por la pandemia en 2020. Son las once de la mañana. Hay bullicio e inquietud en todo en el parque del Retiro. Sin embargo, el gremio guarda silencio en un tema importante y que concierne a la comunidad de escritores.
Cuando se cumplen 24 horas desde que el régimen de Daniel Ortega dictara una orden de detención y allanamiento contra el escritor Sergio Ramírez, disidente sandinista y premio Cervantes 2017, ningún organismo oficial en España ha hecho un posicionamiento público para rechazar el hostigamiento. No lo ha hecho el ministerio de Cultura, tampoco el Instituto Cervantes ni la Asociación de Escritores de España.
El autor nicaragüense, que se distanció del movimiento sandinista del que formó parte como vicepresidente en 1984 y desde entonces no ha cejado en sus críticas, se enfrenta a la represalias por sus opiniones e ideas. A pesar de eso, los portavoces de las principales instituciones culturales se muestran sorprendidos al ser consultados por la falta de condena pública, como si la defensa de la libertad de expresión no figurara entre sus atribuciones.
Callan los escritores
El presidente de la Asociación Colegial de Escritores de España, Manuel Rico, asegura que la ACE está «radicalmente en contra de cualquier amenaza de una dictadura contra cualquier escritor, sea o no premio Cervantes». Aunque no añade demasiados detalles, Rico afirma que sacarán un comunicado de repudio próximamente. Tampoco la Federación de Gremios de Editores de España se ha pronunciado, pero en declaraciones concedidas a ABC condenan «cualquier persecución, y especialmente en el caso de un escritor, por razones políticas».
El ministerio de Cultura sigue sin condenar lo ocurrido, tampoco el Instituto Cervantes. «El lunes habrá un acto para la entrega del legado de Sergio Ramírez en el Instituto. Ese día, el director Luis García Montero expresará su opinión», explican a este periódico fuentes de la institución encargada de la promoción y difusión del español en el exterior. Al ser consultado sobre el posicionamiento institucional de la Feria del Libro de Madrid, su director Manuel Gil dice haber expresado su desacuerdo y repudio en unas declaraciones al diario colombiano ‘El Tiempo’. «Mi opinión es la de la Feria», zanjó.
Sólo el Foro Iberoamérica se pronuncia
La octogésima edición de la Feria del Libro de Madrid sube la persiana justo cuando el régimen de Daniel Ortega pone en marcha la ofensiva contra el premio Cervantes (el máximo galardón que se concede a un escritor en lengua española) y promotor del Festival Centroamérica Cuenta, encuentro dedicado al intercambio de creadores iberoamericanos y que el próximo lunes comenzará en la Casa de América de Madrid.
Hasta el momento, sólo el Foro Iberoamérica ha mostrado públicamente su apoyo a Ramírez en un comunicado en el que señala que la acción se enmarca en una «campaña de persecución a la libertad de expresión». Este organismo, que reúne a los principales líderes políticos, económicos e intelectuales iberoamericanos, niega «rotundamente las acusaciones del régimen hacia Ramírez», a quien se refieren como «uno de los escritores e intelectuales más lúcidos, prestigiosos y reconocidos del continente». «La expresión de ideas y la crítica al poder nunca pueden ser sujetas a represalias en una democracia». En el texto añaden: «Como defensor de la libertad de su pueblo, no es la primera vez que el autor es víctima de un régimen represivo que lo acusa de crímenes inverosímiles. En la década del 70 la dictadura de la familia Somoza, también a través de su fiscalía, acusó a Ramírez de delitos similares cuando luchaba por la libertad de su país»..