En este mundo extraño, raro, en el que la ficción se impone, cada vez más, a la vida, la supera, la Feria del Libro de Madrid es, por fin, una realidad. Ha costado, eso sí, como reconocía hace apenas una semana su director, Manuel Gil. Pero todos esos «malos momentos» forman parte ya de la triste memoria de este último año y medio. En este largo peregrinar, desde junio de 2019, por un desierto tan incierto como el presente, se celebró una edición online que no hizo más que aumentar las ganas de que los libros volvieran a salir a la calle en Madrid.
Por algo esta Feria, la número ochenta, es la del ‘reencuentro’. De los escritores con sus lectores, sobre todo, y también con libreros, editores, distribuidores… Todos los que hacen posible un sector, una industria, le pese al que le pese, que, contra todo pronóstico, ha salido muy reforzada de la crisis económica derivada de la pandemia. Ellos esperaban, ilusionados, tras sus casetas, la llegada de la Reina, encargada, un año más, de inaugurar la Feria. Doña Letizia es una gran lectora y su presencia en el recinto, vallado esta vez, del Paseo de Coches del parque del Retiro supone un impulso más hacia la ansiada normalidad, no nueva, por imposible, sino algo distinta.
La primera parada de la comitiva institucional fue en el pabellón de Colombia, país invitado este año a la Feria y cuyos llamativos colores resaltaban en mitad de la calurosa mañana. Porque hasta la climatología parece estar dispuesta a que la cita de este año sea un éxito y, de momento, ha desterrado de sus pronósticos para las primeras jornadas las temidas tormentas que entre mayo y junio traían a los libreros y editores por la calle de la amargura. Hace calor en Madrid estos días. Mucho. Pero nada aplaca a los curiosos visitantes que siguieron, entre el interés y el despiste, el recorrido de Doña Letizia por las distintas casetas.
Tras charlar animadamente con la vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, la Reina se detuvo ante la caseta de la Librería Taiga, inaugurada hace apenas unos meses en el número 54 de la madrileña calle Arturo Soria. «Nos ha preguntado por la experiencia de una librería abierta en plena pandemia», explicó la librera, orgullosa y nerviosa. De allí Doña Letizia se llevó, como «obsequio», el libro ‘Ladrones de tinta’ (Reino de Cordelia) firmado por sus autores, Alfonso Mateo-Sagasta y el ilustrador José María Gallego.
Buenas cifras
Mientras la comitiva institucional visitaba el pabellón de la ONCE, Patrici Tixis, presidente de la Federación de Gremios de Editores, confesaba a la prensa su satisfacción ante las cifras del sector dadas a conocer en el reciente Fórum Edita celebrado en Barcelona. Según los números manejados por la industria, durante los seis primeros meses de 2021 la facturación ha crecido un 17,1% en España, un dato esperanzador, por no decir espectacular. «Las cifras son muy buenas y hay que ver si se mantienen en el tiempo. Creemos que va a prolongarse hasta final de año. Veremos si somos capaces de mantener este ritmo. La gente lee más y compra más. Debemos ser capaces, con la Administración, de conseguir ampliar la base de lectores. Este país se merece que haya más lectores y ahí estamos trabajando para que todos lleguemos a un pacto social por la lectura de manera que se consensúen unas políticas públicas a medio plazo. Sería una pena que perdiéramos la oportunidad», dijo Tixis.
Después de visitar los pabellones de la revista ‘Publishers Weekly’, referente de la industria y cuya edición en español fue una de las buenas nuevas para el sector en el último año, y de la Comunidad de Madrid, la Reina llegó a la caseta de la editorial SM, donde la esperaba el escritor Roberto Santiago, autor de la saga de ‘Los futbolísimos’. «Yo tengo la suerte de que las Infantas leen mis libros, sobre todo Sofía, y me ha comentado Su Majestad que se ha leído la colección entera. Otro año vino a por títulos concretos. Estoy feliz de que la casa Real apoye así la lectura», aseguró el autor tras departir unos minutos con Doña Letizia.
Tras su paso por SM, de donde marchó con un buen puñado de títulos como regalo de la editorial, la Reina atendió con cariño la petición de una ‘espontánea’ que, pese al protocolo, aún más estricto debido a las restricciones sanitarias, logró pedirle una fotografía, a lo que ella accedió. «Si se ponen por ahí seguro que la ven mejor», dijo en ese momento un miembro del equipo de seguridad de la Casa Real. Y es que, a medida que la comitiva continuaba su recorrido por las casetas, los curiosos se acumulaban a uno y otro lado del nutrido grupo de representantes políticos. Las pantallas encargadas de reflejar el aforo, reducido al 75% y medido en tiempo real a través de los arcos colocados en las dos entradas de la Feria, contabilizaban ya los visitantes, sin distingos institucionales.
Recomendaciones
En la caseta de Turner, que el año pasado celebró su cincuenta aniversario y será homenajeada en esta edición de la Feria, Doña Letizia conversó con Ricardo Cayuela, director editorial del sello. «La he visto muy interesada. Es muy brillante. Conocía el catálogo, lo había investigado», confesó Cayuela, ya lejos de los focos. La editorial obsequió a la Reina con dos libros: ‘Conquistadores’, de Fernando Cervantes, y ‘Abecedario democrático’, de Manuel Arias Maldonado.
Acto seguido, le tocó el turno a la gran caseta que agrupa a todos los muchos sellos de Penguin Random House. Como anfitrionas, Nuria Cabutí, consejera delegada del grupo, y Pilar Reyes, directora editorial de Alfaguara, Taurus, Debate, Lumen y Publicaciones Académicas. Allí, Doña Letizia se interesó por ‘Los abismos’, de la colombiana Pilar Quintana, último premio Alfaguara de Novela, novela de la que se llevó un ejemplar de regalo. La Reina demostró su pasión lectora y recomendó a los allí presentes ‘Los años extraordinarios’ (Literatura Random House), la primera novela del cineasta Rodrigo Cortés, colaborador de ABC. También confesó haber leído ‘El olvido que seremos’ (Alfaguara), de Héctor Abad Faciolince, un libro que calificó de «maravilloso», destacando igualmente su reciente adaptación al cine de la mano de Fernando Trueba y Javier Cámara.
La última parada de la comitiva, tras la visita al pabellón de actividades culturales de Caixabank, fue en el Grupo Planeta, donde la directora de relaciones editoriales, Ana Gavín, entregó a Doña Letizia una buena muestra de las últimas novedades de sus distintos sellos: la edición no venal de ‘Hasta donde termina el mar’, con la que Alaitz Leceaga ganó ayer mismo el premio de Novela Fernando Lara; ‘Romanones’ (Espasa), de Guillermo Cortázar; ‘Volver a dónde’ (Seix Barral), de Antonio Muñoz Molina; ‘Los vencejos’ (Tusquets), de Fernando Aramburu; ‘Sira’ (Planeta), de María Dueñas, y la nueva edición de ‘Nada’ (Destino), de Carmen Laforet.
La Reina se despidió del recinto vallado con un «todo va a ir bien» que resuena, todavía, como pronóstico revestido de deseo, en las mentes de aquellos que han hecho posible que la Feria del Libro de Madrid haya vuelto a abrir sus puertas en el parque del Retiro.
