Vaya disyuntiva la que enfrenta el sector educativo, luego de permanecer cerradas las escuelas por año y medio con motivo de la pandemia; regresar a las clases presenciales con la modalidad del sistema híbrido y ello hacerlo voluntario o no para los alumnos, con el riesgo que representa al no estar vacunados.
Es un gran reto para sacar de sus hogares y del marasmo a los estudiantes de todo el país, quienes no solo deben recobrar el tiempo perdido, sino de adaptarse a los nuevos tiempos que requieren un cuidado extremo para no contagiarse.
En cualquiera de los casos el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que preside Alfonso Cepeda Salas, está dispuesto a responder al llamado del presidente a retornar a las aulas. Por ello, ya llevan varios días habilitando, junto con la SEP y los tres órdenes de gobierno, los espacios educativos, tanto en su funcionamiento como con la ventilación adecuada; los cubrebocas necesarios y el establecimiento de las burbujas de control para dar seguimiento en caso de infección por Covid-19, además del gel antibacterial y la disposición de agua potable y jabón en todas las escuelas del país.
El SNTE inició desde el lunes 9 de agosto la Jornada Nacional en Apoyo al Regreso Seguro a las Escuelas, en la que representantes sindicales efectúan recorridos, plantel por plantel en cada entidad, para conocer con exactitud las condiciones en las que se encuentran y reportar a las autoridades municipal, estatal o federal las necesidades de infraestructura y servicios (principalmente de agua potable), indispensables para el retorno ordenado, seguro y cuidadoso.
Así lo dio a conocer el secretario general del SNTE, Alfonso Cepeda Salas, quien sostuvo que ante la pandemia “que ya nos ha quitado casi año y medio de actividades escolares, tenemos que lograr que las escuelas sean espacios seguros para la comunidad educativa, donde la posibilidad de contagio sea menor y la integridad de los alumnos esté a salvo”.
El líder magisterial señaló que llegó el momento de un regreso responsable y realista, al tiempo que informó que durante una reunión con los Órganos Nacionales de Gobierno del SNTE y los secretarios generales de las secciones sindicales de todo el país, celebrada el 8 de agosto, se aprobó por unanimidad contribuir a que, en el regreso a clases presenciales, “las escuelas sean espacios seguros, más seguros incluso que muchos otros que hoy permanecen abiertos”.
El SNTE decidió “respaldar la iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador para volver a las aulas con orden y responsabilidad, de acuerdo con las condiciones prevalecientes, para reemprender su tarea educativa y contribuir, como siempre, al desarrollo de la nación”.
Tiene razón Cepeda Salas al advertir que, de seguir en el confinamiento, los daños serían enormes para los alumnos, pues no sólo está en juego su formación y desarrollo educativo, sino también su salud y estabilidad emocional y mental.
El desafío es reducir el estrés y la ansiedad que provoca el confinamiento, así como disminuir los riesgos de la pérdida de aprendizajes y acortar las brechas educativas que agravan fenómenos como la pobreza, desigualdad, exclusión y violencia social.
Muchos de esos niños y jóvenes ni siquiera están en sus hogares, sino que han hecho de la calle su refugio y ello conlleva más riesgos que acudir a las aulas en un sistema controlado y resguardado ante el Covid-19.
El dirigente nacional expresó que no podemos permanecer inmóviles, observando cómo sigue deteriorándose el sistema educativo y continúa el abandono de los edificios escolares, profundizando el daño en la educación.
Agregó que a nivel mundial la discusión ya no es si se vuelve o no a las aulas, sino cuál es la forma segura de hacerlo. “No podemos ni rendirnos, ni resignarnos a mantenerlas cerradas”.
Por eso, dijo, “vamos a esta jornada para conocer la situación de las escuelas, que previamente hemos detectado con alguna necesidad, para aportar a las autoridades datos actualizados. Convocaremos a la comunidad educativa a sumarse a esta gran labor para que el regreso de nuestros niños y jóvenes sea seguro”.
Es indispensable identificar dónde se han robado tuberías de agua potable, cables de energía eléctrica, muebles de baño o destruido puertas y ventanas, “no pueden estar en estas lamentables condiciones para el regreso presencial”.
El líder del magisterio reiteró que la gran mayoría de trabajadores de la educación ya están vacunados, pero en los casos de quienes, por algún motivo no cuentan con la inmunización, el sindicato gestionará su aplicación.
Alfonso Cepeda ha informado que mantiene un diálogo abierto con la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez, para determinar las condiciones de la educación escolarizada y semiescolarizada en el próximo ciclo escolar.
De vital importancia es vacunar a los niños y jóvenes menores de 18 años, tal como ya se hace en otros países y con ello cerrarle el círculo de la infección al coronavirus.