Al menos 51 personas fueron asesinadas a últimas horas del domingo 8 de agosto durante un asalto protagonizado por milicianos supuestamente islamistas a tres aldeas en el centro de Mali, cerca de la frontera con Níger, según informó el Jefe Administrativo regional a la agencia de noticias británica Reuters.
Horas antes, la agencia francesa AFP ya aseguraba -citando a mandos militares malienses- que poco que más de 40 civiles habían sido asesinados en los asaltos en las aldeas de Karou, Ouatagouna y Daoutegeft. Según las fuentes, en algunos casos los milicianos habrían ingresado a las aldeas disparando sus armas de guerra y masacrando a todo el mundo, dijeron las fuentes a cambio de la reserva de sus identidades. En otros casos, agregaron, los atacantes arribaron en motocicletas tomando por sorpresa a los aldeanos, hombres, mujeres, ancianos y niños, se apostaron en las entradas de las aldeas y comenzaron a disparar indiscriminadamente contra los civiles.
Por su parte, la misión de Naciones Unidas en Mali informó que desplegará tropas adicionales para asegurar las áreas donde ocurrieron los ataques, añadiendo que intensificaría los patrullajes ya existentes. Ello, porque como si lo anterior no fuera suficiciente, también las casas fueron saqueadas y quemadas hasta los cimientos y los atacantes se llevaron rebaños de ganado, dijo el organismo mundial. “El número provisional de muertos es de 51 y hay muchos otros heridos”, afirma la nota.
Hasta este lunes, ningún grupo armado había asumido aún la responsabilidad por los ataques en el área donde las tropas malienses, las fuerzas francesas y europeas y las unidades de paz de la ONU han estado luchando contra insurgentes vinculados a Estado Islámico y Al Qaeda desde hace años.
“Estos ataques deliberados contra la población civil constituyen graves violaciones de la ley internacional de los Derechos Humanos y de la ley internacional humanitaria”, dijo el comunicado de la ONU. “Pueden ser clasificados como crímenes de lesa humanidad”, agrega.
Sin embargo, un trabajador de una ONG de Malí destacó que las comunicaciones con la zona eran deficientes. La región, como una parte del norte del país africano, se ha visto aislada de las redes en gran medida en los últimos días debido a los ataques y atentados a la infraestructura de telecomunicaciones del país atribuidos a los yihadistas. Esto habría permitido a los insurgentes supuestamente islamistas lanzar ataques coordinados contralas tres aldeas mencionadas..
Situado en el Sáhel, la faja ecoclimática y biogeográfica transicional que cruza todo el ancho del continente africano (desde el Atlántico hasta el Mar Rojo, limitando al norte con el desierto del Sahara y al sur con la sabana sudanesa), Malí es un país pobre y sin litoral que desde 2012 está inmerso en una profunda crisis de inestabilidad política e inseguridad.
Las insurgencias separatistas y, ahora, los yihadistas lideradas por grupos vinculados a Al-Qaeda y la organización Estado Islámico, así como la violencia entre comunidades y las atrocidades de todo tipo, incluidas las cometidas por las propias fuerzas militares y de seguridad, han provocado miles de muertes de civiles y militares, y cientos de miles de personas desplazadas, a pesar del despliegue de fuerzas de la ONU, francesas y extranjeras.
Un lamentable drama que no acaba, pero del cual los periodistas debemos seguir dando cuenta en la esperanza de que, algún día, haya un mejor futuro para un pueblo tan castigado.
(Imagen: RFI – AFP: Issouf Sanogo)