El avance de los talibán en Afganistán continúa imparable con la toma de otras tres capitales provinciales durante el domingo y una cuarta este lunes, elevando así a seis los centros regionales caídos en menos de una semana bajo control insurgente. Se trata del mayor logro en 20 años de guerra.
La última en caer ha sido la ciudad de Aybak, capital de la provincia de Samangan, que se rindió este lunes ante los insurgentes sin ofrecer resistencia.
"La ciudad de Aybak cayó ante los talibán sin que dispararan un solo tiro", ha asegurado a Efe la representante por Samangan en la Cámara Baja del Parlamento, Mahbuba Rahmat.
Tras días de fuertes combates, el domingo capturaron las norteñas ciudades de Kunduz y Sar-e-Pol, capitales de las provincias homónimas, y la nororiental Taloqan, capital de Takhar, la última en caer en una jornada aciaga para las fuerzas de seguridad afganas.
"Después de un mes y medio de resistencia a las afueras de la ciudad, y al intensificarse hoy la lucha con los talibán combatiendo calle por calle, (...) se decidió evacuar (Taloqan). La ciudad ha caído ahora bajo los talibán", declaró a Efe el diputado Ashraf Uddin Aini, que representa a Takhar en el Parlamento.
Antes, a primera hora de la mañana, las fuerzas de seguridad habían abandonado también la ciudad de Kunduz para atrincherarse en el aeropuerto provincial, mientras los talibán aprovechaban para derribar un muro de la prisión y liberar así a cientos de reos, incluidos insurgentes.
Las sedes del gobernador, la policía y otros edificios gubernamentales están "por ahora en manos de los insurgentes", y la mayoría de los civiles permanecen en sus hogares o vagan de un lugar a otro hacia las zonas más seguras, explicó a Efe Nelofar Koofi, parlamentaria por Kunduz en la Cámara Baja nacional.
Malik, un residente de la ciudad, aseguró a Efe que la capital es un caos y se están librando "fuertes combates". Además un mercado textil se ha incendiado, anotó, algo que confirmaron las imágenes que iban llegando de la ciudad publicadas en las redes sociales.
El Ejército, en un comunicado, ha asegurado sin embargo que las fuerzas especiales están llevando a cabo una operación para "despejar" la ciudad de insurgentes, en la que han conseguido recuperar un rotonda y el edificio de la Radio Televisión Nacional.
Los talibán ya habían tomado en 2015 Kunduz, de un gran valor estratégico al conectar varias provincias y hacer frontera con Tayikistán, consiguiendo permanecer dos días en ella, en un logro sin precedentes entonces desde la caída de su régimen con la intervención estadounidense en 2001.
Otra de las capitales que cayó este domingo bajo el control talibán tras librarse fuertes combates toda la noche fue Sar-e-Pol, explicó a Efe la diputada por la provincia Aziza Jalis.
"Los talibán capturaron toda la ciudad" y ahora las fuerzas de seguridad y los funcionarios provinciales se encuentran "en una base del Ejército en un rincón" de la capital, remarcó la parlamentaria. Los insurgentes también tomaron la cárcel, aunque aún no han liberado a los prisioneros, apuntó.
La población, mientras tanto, se encuentra atrapada entre ambos fuegos. "No sabemos qué hacer, estamos retenidos en nuestras casas y solo escuchamos los disparos y las explosiones. La ciudad está vacía", dijo a Efe Farooq, uno de los residentes.
La provincia de Sar-e-Pol es una de las regiones menos desarrolladas del país y gran parte de su territorio ya estaba bajo control talibán, pero su capital nunca había caído en los últimos 20 años de guerra.
El principal portavoz de los talibán, Zabihullah Mujahid, celebró en varios comunicados la toma de Kunduz, Sar-e-Pol y Taloqan y aseguró además que se han hecho con una gran cantidad de armas.
"Todos los empleados del Gobierno, activistas y otros grupos de la sociedad civil deben vivir en paz, nadie está bajo amenaza", remarcó el portavoz talibán, un anuncio que, sin embargo, es visto como una estratagema para su rápida detención.
Este nuevo logro de los talibán llega tras la captura el sábado de Sheberghan, capital de la provincia noroccidental de Jawzjan, fronteriza con Turkmenistán, después de que un día antes tomaran el control de Zaranj, capital de la suroccidental Nimroz, que limita con Irán.
Las cinco capitales provinciales son las primeras en caer en manos de los talibán desde el comienzo de su gran ofensiva, que coincidió con el inicio el 1 de mayo de la fase final de la retirada de las tropas extranjeras de Afganistán. Se trata además del mayor logro talibán en el país en dos décadas de conflicto.
El Ejército afgano, con el apoyo puntual de la aviación estadounidense, está intensificando sus combates para recuperar el territorio perdido, con choques en al menos 19 de las 34 provincias afganas, que han dejado 572 insurgentes muertos y 309 heridos en las últimas 24 horas, según el Ministerio de Defensa.
Mientras tanto las muertes civiles continúan, como los 12 miembros de una misma familia, incluidos seis niños, que fallecieron anoche tras la explosión de una bomba al paso de su vehículo en la provincia de Paktia, en el sureste del país.