En la zona metropolitana de Puebla y Tlaxcala, en los 70 municipios en los que se ubica la Cuenca del Alto Atoyac (CAA), el grado de cumplimiento de los derechos humanos al agua potable y al saneamiento supera el 40 por ciento, problema que aumentó durante la pandemia de la covid-19.
De acuerdo con el análisis “Seguridad Hídrica en la Cuenca del Alto Atoyac: estado actual y desafíos ante el cambio climático”, realizado por investigadores del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente “Xabier Gorostiaga” de la Universidad Iberoamericana Puebla y del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de las Américas (Udlap), en la Cuenca del Alto Atoyac (CAA) se está muy lejos de alcanzar la seguridad hídrica, es decir, de contar con la conexión a la red pública e infraestructura.
El acceso al agua potable y de calidad en los municipios de la zona de la Cuenca del Alto Atoyac, tanto en el estado de Puebla como en Tlaxcala, no es equitativo ni suficiente y existe rezago en las localidades rurales y periurbanas.
“Con la emergencia sanitaria por el covid-19, la magnitud de problemática de agua quedó en evidencia, así como la vulnerabilidad de las instituciones encargadas de la gestión del agua para enfrentar la situación. En este período se ha visto como cientos de comunidades, incluidas decenas de colonias de la capital poblana no pueden cumplir con las recomendaciones sanitarias básicas por falta de agua”, destaca el análisis.
En la Cuenca del Alto Atoyac (CAA) los problemas en torno al agua son múltiples y el logro de la Seguridad Hídrica se encuentra “fuertemente amenazada” debido al manejo no sustentable de los recursos hídricos y a la degradación ambiental que incide sobre los procesos ecohidrológicos que allí se realizan.
“Se requieren con urgencia acciones para abordar los enormes desafíos de la seguridad hídrica en la Cuenca del Alto Atoyac (CAA) y dar énfasis a los estudios que permitan definir una estrategia de gestión del agua con miras a alcanzar la Seguridad Hídrica considerando los riesgos del Cambio Climático. Alcanzar la seguridad hídrica es un asunto de seguridad nacional y de justicia social”, destaca el análisis.
El estudio en el que participan los investigadores de la Ibero Puebla, Gabriela Pérez-Castresana, Romeo A. Saldaña-Vázquez, María Eugenia Ibarrarán Viniegra, Jerónimo Chavarría-Hernández y Valentina Campos Cabral, así como los investigadores de la Udlap, Carlos Patiño Gómez y Polioptro Martínez Austria, agrega que el cambio climático es un factor que complica la seguridad hídrica en la Cuenca del Alto Atoyac.
“Los escenarios de CC muestran un incremento de temperatura de aproximadamente tres grados Celsius y una disminución en la precipitación anual de aproximadamente 13 por ciento que implica una reducción aún mayor en el escurrimiento superficial en la Cuenca del alto Atoyac para mediados de siglo”, destaca el análisis.
Bajo las nuevas condiciones climáticas se alteraría la dinámica hidrológica tomando en cuenta que los ríos y el acuífero se alimentan principalmente del deshielo y de la precipitación que se reducen en la Sierra Nevada y la Malinche.
“Se esperarían cambios importantes en los caudales y en la recarga del acuífero debido a la alteración del proceso de escurrimiento en relación al derretimiento. Actualmente, solo quedan cinco glaciares en el Iztaccíhuatl y la formación de hielo en la cúspide es menos frecuente. Al desaparecer, se producirá un cambio en el clima por la absorción de la radiación en la roca desnuda. Esto provocará un aumento de temperatura adicional y un cambio de clima en las cumbres. Los beneficios que aportan estas masas de hielo se perderán. Ellos aportan agua sobre las cuencas que irrigan cuando se funden en verano y grandes volúmenes a los mantos acuíferos”, destaca el análisis.
AFM