El tatuador brasileño Michel Faro do Prado tenía un objetivo desde los 19 años: convertirse en el diablo en la tierra.
Para lograr ser «el satán humano» ha pasado por una infinidad de cirugías como amputarse los dedos, implantarse colmillos de plata o ponerse cuernos sobre la cabeza.
«Tengo una buena tolerancia al dolor, pero el postoperatorio es el momento más difícil para mí. La verdad es que hay operaciones que, sin anestesia, serían imposibles de realizar. A veces me gustaría no sentir tanto dolor», explica el tatuador.
El resultado se puede ver en su perfil de Instagram, donde va compartiendo sus cambios. Durante toda esta transformación, siempre ha estado acompañado de su pareja. La última operación ha sido un implante de dientes de plata, le ha costado más de 800 euros.
