La madre del asesino confeso de Rocío Caíz, Jorgetta Negret, pidió públicamente ayer sábado perdón por el crimen, señalado que su hijo les ha «engañado hasta el último día», solicitando en paralelo, eso sí, «protección durante un tiempo» para ella y otro hijo menor de 14 años que tiene porque teme «represalias» a raíz del atroz crimen perpetrado por su vástago. «Yo soy la madre que le dio la vida, pero no soy culpable de lo que hizo. Nos ha tenido engañados a todos y otra vez les digo que pido perdón al mundo entero, que me perdone como madre, pero que yo no tengo la culpa. Él lo que ha hecho lo tiene que pagar él», afirmó a mediodía de ayer Negret en declaraciones a Canal Sur Radio recogidas por E.P..
Jorgetta Negret explicó que tiene otro hijo con 14 años y familia en Rumanía y están «viviendo mal» los últimos acontecimientos y días, sufriendo por todo lo ocurrido. Preguntada por el hecho de que se tomen posibles represalias, afirmó que, efectivamente, «sí, hay represalias». «Mi casa está rodeada de gente. Tengo otra vivienda que también la gente va dando vueltas alrededor. Tengo mi negocio, mi casa, mi niño que ya no puede ir al colegio, ya no va a tener vida por todo esto que ha pasado... Pido por favor que la Policía, que los medios, que alguien nos proteja durante un tiempo porque no podemos vivir en nuestra casa ahora mismo. No tengo la culpa de lo que ha pasado», expuso la madre del asesino confeso.
«Sufro por Rocío, por Adrián y por todos», abundó, antes de remarcar que «lo que él ha hecho, que lo pague», y que a Rocío la ha tenido en su casa mientras tuvo relación como novia de su hijo desde los 13 años hasta que se fue de casa al terminarse la relación, cuando el bebé tenía 17 días, cuatro años más tarde.
El peor desenlace
Como se recordará, Rocío Caíz llevaba unos días desparecida y su familia había denunciado los hechos. El peor de los desenlaces, el que incluso los investigadores no barajaron en los inicios del caso, cuando se pensó que esta menor de Martín de la Jara se había marchado por propia voluntad, se conocía el jueves por la tarde, cuando la Guardia Civil recuperaba restos humanos de la joven en una zona de Estepa. El exnovio había confesado la autoría del crimen y había sido detenido. La conmoción en la pequeña localidad natal de la asesinada era absoluta. Sólo unas horas antes de conocerse la noticia se había organizado una concentración espontánea para reclamar la vuelta de la joven, de hecho, con lo que el golpe fue durísimo. La premonición que rondaba en la familia de Rocío Caíz se confirmó tristemente. Tanto su madre, como su abuela y su hermana no se creían que la joven se hubiera marchado de manera voluntaria dejando atrás a un bebé de cuatro meses.