Un hombre está presuntamente acusado de abusar sexualment de sus dos sobrinos, ambos menores de edad. La semana que viene será el juicio contra él, acogido en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra el próximo día 15 a partir de las diez de la mañana. El acusado es tío carnal de ambos y convivió con ellos en la misma unidad familiar desde que eran pequeños.
Supuestamente, el adulto primero se aprovechó del mayor de sus sobrinos, que por aquel entonces, a partir de 2009, tenía once años de edad, según informa el escrito de la Fiscalía. Le habría realizado tocamientos mientras ambos veían una película. Una situación que se repitió en reiteradas ocasiones en el domicilio familiar.
Concretamente, informa EP, al menos en 12 ocasiones, ante la amenaza de que, en caso de que se negase a hacerlo, le contaría a la abuela del pequeño que le había cazado masturbándose.
Cuando el menor cumplió 13 años, ya en el año 2011, los hechos cesaron porque el menor se negó a continuar con la práctica. En ese momento, relata el escrito de la Fiscalía, habría desviado su atención a la sobrina, que contaba con apenas ocho años.
En aquel momento, y hasta que se presentó la denuncia que ya abrió el proceso en el año 2018, el varón presumentamente le habría realizado más tocamientos a fin de satisfacer su instinto sexual.
Juicio por abusar contra la hija de su pareja
El próximo 17 de junio, la Audiencia Provincial de Pontevedra acogerá el juicio contra un hombre acusado de abusar secualmente de la hija de su pareja, menor de edad en aquel momento. El proceso tendrá lugar a las 10 de la mañana. La Fiscalía solicita para el hasta 11 años y medio de prisión.
Según informa el escrito que ha presentado el Ministerio Fiscal, el procesado mantenía, en el año 2016, una relación sentimental con la madre de la menor, de 14 años en aquel momento. Los periodos vacaciones y algunos fines de semana, la pareja solía convivir.
En octubre de ese mismo año, concretamente el último fin de semana, informa la Fiscalía, el acusado fue al dormitorio de la niña con el pretexto de que su colchón era de mejor calidad y con el otro le dolía la espalda.
Cuando ambos estaban acostados sobre la cama, y con el ánimo de satisfacer su instinto sexual, recoge EP, y sin emplear la fuerza física para conseguir su objetivo, el acusado presuntamente habría acariciado a la adolescente por todo el cuerpo, y comenzó a practicarle tocamientos.
Sin que ella fuese capaz a reaccionar, relata el Ministerio Fiscal en su escrito, ambos mantuvieron relaciones debido al bloqueo emocional que padeció. Los hechos se repitieron al menos en otras cuatro ocasiones hasta noviembre de ese mismo año.
El varón, por su parte, amenazó a la menor con que, en caso de que lo denunciase o se lo contase a su madre, él iría a la cárcel, una situación que propiciaría que ella acudiese a un centro de menores o a un internado perdiendo a su familia y amigos.