Sobre lo que ocurrió en la Ciudad de México –la derrota de Morena y el avance del PAN– conversé para La Vespertina, pódcast de El País México, con Teresa Rodríguez de la Vega, profesora del Centro de Estudios Sociológicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Por razones de espacio –hay 12 entrevistados en el pódcast– tuve que dejar fuera varias líneas de lo expresado por Rodríguez de la Vega, quien plantea que los sectores que pudieron haber expresado su rechazo, desde abajo y a la izquierda, no lo hicieron, y que los sectores que lo hicieron fue porque en 2018 no creyeron que López Obrador quisiera un cambio verdadero. Considero pertinente reproducir aquí la visión de esta socióloga por la UNAM.
“El mapa de la Ciudad de México hoy expresa en opciones electorales la fractura material que nos divide. Una ciudad que se ha visto favorecida económicamente por procesos de recomposición de ciertas clases, ciertas clases que parece que en 2018 votaron grandes sectores de ellas convencidas de que Morena no representaba un cambio verdadero que pudiera afectarles, y que hoy en día yo creo que es claro que no lo representa, pero le cobraron a Morena algo, hay que pensar qué le cobraron”.
“Lo que yo sé que no le cobraron, por la composición del electorado que se le volteó a Morena, no le cobraron la torpeza con el movimiento feminista, no le cobraron el extractivismo, no le cobraron, vaya, ni la Línea 12 del Metro, le cobraron otra cosa. Y yo creo que ahí sí tendríamos que empezar a hablar y hay que ver si lo hablamos con pesimismo o con optimismo, yo estoy como muy dividida al respecto. Yo creo que lo que sí estamos viendo es un refrendo plebeyo popular al proyecto que representa Morena aun cuando en el ejercicio de gobierno ha habido muchos desatinos, muchas concesiones al extractivismo, muchas concesiones a la gran burguesía, pero sigue siendo un refrendo plebeyo por lo que Morena significa como gesto antioligarca”.
“Y por otro lado (hay) un castigo que yo sí creo que está pintado de clase e incluso de tez, ¿no? Y que es una reacción, yo no lo puedo entender sino más que como un castigo, es una reacción a ese como empoderamiento plebeyo”.
“A mí me extrañan todas estas expresiones ‘es un castigo por el maltrato a los sectores medios’, ‘a las clases medias’. ¿Cuál ha sido ese maltrato?, yo me lo pregunto… Habrá que ver, yo creo que habría más legítimas razones para que hubiera un desencanto desde abajo, y ese desencanto no está. Hay expresiones: está el movimiento feminista, están los movimientos territoriales contra el extractivismo, es cierto, abajo y a la izquierda hay desencanto, protesta e interpelación a Morena, pero la masa de abajo y a la izquierda refrendó su voto al gobierno de la 4T. Entonces hay que ver desde dónde llega el castigo: no es un castigo que llegue desde donde quisiéramos que llegue, desde abajo y a la izquierda, está llegando como del centro medio para arriba y a la derecha, y eso configura de cara lo que ha pasado en los países de América Latina, un escenario que debería de preocuparnos a todos (…) de cara a lo que pasa en otros lugares de América Latina”.
“Me parece que (en Morena) hay un ejercicio muy soberbio de la austeridad que no ha sabido escuchar a los sectores afectados, pero creo que no viene de ahí el castigo con mayor impacto numérico, lo que sí es cierto es que este castigo fue muy mediático y generó mucho discurso legitimador del voto útil, o sea, los académicos no somos muchos, los académicos que fueron sacados pero generaron un discurso legitimador del voto útil entonces…”.