Más de 800 personas han sido detenidas en una macrooperación de escala mundial contra el crimen organizado en la que participaron las autoridades de 16 países, entre ellas la Policía Nacional Holandesa (Politie), la Autoridad de Policía Sueca (Polisen) y el FBI estadounidense. La operación contó con el apoyo de Europol, cuyo vicedirector de operaciones, Jean-Philippe Lecouffe, la calificó en una rueda de prensa como «una de las más grandes y sofisticadas hasta la fecha», que se saldó con «más de 800 detenidos, más de 700 lugares requisados, más de ocho toneladas de cocaína» y «más de 48 millones de dólares en efectivo» confiscados, así como 22 toneladas de cannabis y resina de cannabis, dos toneladas de drogas sintéticas, 250 armas de fuego y 55 vehículos de lujo.
Según Lecouffe, «esta operación es un éxito excepcional por parte de las autoridades de los Estados Unidos, Suecia, los Países Bajos, Australia, Nueva Zelanda y los demás miembros europeos del grupo operativo» y explicó que «Europol coordinó a la comunidad policial internacional, enriqueció el panorama de la información e incorporó inteligencia criminal a las operaciones en curso para atacar la delincuencia organizada y las organizaciones de tráfico de drogas, dondequiera que estén y como quiera que decidan comunicarse». Además, se felicitó de que la agencia de cooperación policial europea con sede en La Haya «fortalezca las asociaciones de aplicación de la ley» a nivel mundial.
Bajo la operación denominada «Trojan Shield» («Escudo de Troya») o «Iron Shield», «escudo de hierro», en Australia), el FBI, en estrecha coordinación con la Policía Federal de Australia, «desarrolló estratégicamente y operó de manera encubierta» desde el 2019 «una empresa de dispositivos cifrados, llamada AN0M» mediante la cual se repartieron y pincharon más de 12.000 dispositivos cifrados a más de 300 organizaciones criminales que operan en más de 100 países, incluyendo entre ellas al crimen organizado italiano, las bandas de moteros y las organizaciones internacionales de tráfico de drogas. La información conseguida a través de estos teléfonos «condujeron durante la semana pasada a cientos de operativos policiales a escala mundial desde Nueva Zelanda y Australia, hasta Europa y Estados Unidos», detalló Lecouffe. Los 27 millones de mensajes obtenidos fueron evaluados durante 18 meses.
Infiltrarse dentro de las organizaciones
El objetivo de la plataforma AN0M era conseguir infiltrarse dentro de organizaciones que van desde las de narcotraficantes hasta las de lavado de dinero, independientemente del sitio donde operaran, pero los detalles obtenidos servirán además para que Europol «mejore aún más el panorama de inteligencia sobre la delincuencia organizada que afecta a la UE debido a la calidad de la información recopilada».
Las redes delictivas tienen una gran demanda de plataformas de comunicación cifradas para llevar a cabo sus actividades delictivas. No obstante, en los últimos años sufrieron dos golpes: el primero en el 2020, cuando la plataforma encriptada EncroChat, uno de los mayores proveedores de comunicación digital cifrada con una proporción muy alta de usuarios presuntamente involucrados en actividades delictivas, fue desmantelada por las autoridades policiales y judiciales francesas y holandesas, lo cual, según Europol, «provocó» una gran «conmoción» entre los criminales de toda Europa. Y en marzo de este año un grupo internacional bloqueó con éxito la herramienta de servicio de comunicación Sky ECC.
Ambas operaciones proporcionaron información invaluable sobre una cantidad «sin precedentes» de información intercambiada entre delincuentes y además provocaron que muchos delincuentes encontraran en AN0M un sustituto, sin saber que los dispositivos habían sido filtrados gracias a la ayuda de personas dentro de los círculos criminales.
El comisionado de la Policía Federal Australiana, Reece Kershaw, declaró que «muy pocos asuntos unen a las fuerzas del orden como llevar ante la justicia a quienes buscan hacer daño a nuestros ciudadanos», y detalló que «la inteligencia compartida por Europol ha ayudado a garantizar que este sea uno de los grupos de trabajo globales más importantes para la aplicación de la ley».
El subjefe de operaciones de la DEA, Matthew Donahue, consideró que esta operación «no sólo revela cómo las organizaciones criminales transnacionales continúan explotando los servicios de comunicación encriptados para su propio beneficio ilícito» sino que «también muestra el compromiso de la comunidad policial para desarrollar estrategias innovadoras para contrarrestar estas actividades».