La relación entre Marruecos y España va más allá del plano político. Ambos países mantienen un nutrido vínculo económico y son varias las empresas españolas que tienen presencia allí, desde sectores más industriales, como el de la automoción, hasta actividades de servicios, como el turismo. Operaciones que quedan ahora a la espera de la evolución de las relaciones geopolíticas entre ambos territorios, afectadas por los eventos desencadenados en la frontera este lunes.
Marruecos levantó este lunes los controles migratorios, dejando entrar en Ceuta a 6.000 personas desde su territorio, en gran parte de nacionalidad marroquí. La decisión parece indicar que el país vecino a la región española ha cortado la cooperación policial y migratoria con España, en represalia a la hospitalización en Logroño de Brahim Ghali. Ghali es líder del Frente Polisori, organización que reclama la independencia del Sahara Occidental frente al país liderado por Mohamed VI. Mientras se desata una de las mayores crisis migratorias de los últimos años, las relaciones entre España y Marruecos quedan por tanto en el aire. El Gobierno de la nación ibérica ya ha dicho que será “beligerante” defendiendo la frontera.
Una situación de peso también en lo económico. Según datos de la agencia pública ICEX, España exportó entre enero y noviembre de 2020 6.746 millones de euros en bienes a Marruecos, si bien esta cifra cayó un 13,82% frente a 2019 en el contexto de la pandemia. De hecho, antes del covid-19, esta cifra había estado creciendo a un ritmo de más del 2% anual. En cuanto a las importaciones desde Marruecos, España vio entrar en este mismo periodo 5.837 millones de euros en bienes, un 9,3% menos que en 2019. Este parámetro había crecido en un 6% en 2018 y en un 4% en 2019.
I. Gil
Según la entidad, un 49% de las importaciones proviene de productos industriales y tecnología, mientras que un 26,6% viene de bienes de consumo y un 24% de bienes agroalimentarios. En Marruecos, España tiene mucha presencia en el segmento de la automoción, con filiales y fábricas en el caso del proveedor global Ficosa, el fabricante Grupo Antolin o la especializada en autocares, Irizar, entre muchas otras.
En el sector agroalimentario, la lista también es larga. Bimbo tiene allí una filial tras comprar en 2017 Groupe Adghal, una operación que subrayó entonces como muestra de su apuesta por el continente africano. También está el caso de Borges, que participa en un 10% sobre la filial ubicada en Marruecos, Framaco, con instalaciones de envasado de aceite de oliva y aceitunas, según consta también en la web de la española. También hay mucho peso de empresas de envases para bienes de consumo. Por ejemplo, Ecuatorial Coca-Cola Bottling Company (ECCBC), con sede en Barcelona, también tiene una filial en Marruecos, entre varios países del continente. Entre las marcas con las que opera están la propia Coca-Cola, Fanta, Sprite, Schweppes o Aquarius.
Más allá de estos sectores, también está el segmento de ambiente y de producción energética. Acciona Energía, por ejemplo, tiene una filial de Acciona Agua en Marruecos, según datos del ICEX a cierre de 2020. De hecho, en la web de la empresa consta que fue en este país donde Acciona empezó su actividad en África hace 70 años, donde explica que cuentan con más de 70 proyectos realizados: obras portuarias, hidráulicas, carreteras, aeropuertos, etc. De todas formas, hace ya tiempo que la cotizada no realiza proyectos en la región, siendo los proyectos más relevantes el de la planta termosolar Noor I, en Ouarzazate, con 160MW de potencia, o la presa de Al Whada, en su momento la más grande Marruecos y la segunda de África.
La compañera de sector Siemens Gamesa tiene su filial Gamesa Tanger y en 2017 inauguró en Tánger la primera fábrica de palas en África y Oriente Medio. Por su parte, la consultora tecnológica Indra tiene filial en Marruecos, siendo el proyecto más reciente el de la ciudad inteligente de Casablanca. Incluso Endesa, una compañía con fuerte foco ibérico, tiene operaciones en Marruecos, a través de la filial Energie Electrique de Tahaddart. Por su parte, también Abengoa figura en Marruecos, donde le queda la planta desaladora de Agadir. Luego están casos como Repsol, que justo a principios de año anunció su retirada del negocio principal de la exploración en la región marroquí. Más allá de estas cotizadas, hay que mencionar a la energética Sener, con filial y con proyectos de la envergadura del Noor Ourzazate III.
Más allá de la industria, no hay que olvidar los servicios. De hecho, son varias las firmas de transporte con filiales en Marruecos. Los autocares Alsa, por ejemplo, firmaron en 2018 un contrato de transporte urbano de Rabat con un contrato de 15 años, entre otras operaciones. También la aeroportuaria Boluda tiene el foco sobre el país africano, habiendo firmado en 2015 el contrato de 10 años de amarradores de Tánger MED. Está también expuesto el banco Santander, que a cierre de 2020 tenía una participación del 5,1% en Attijariwafabank, principal banco de Marruecos. Entre otras firmas que tienen filiales en Marruecos, según datos del ICEX, están la consultora Everis o el bufete de abogados Garrigues. Ya en turismo, son varias las cadenas que tienen hoteles en el país: Barceló, Iberostar o Meliá son algunas de ellas. También Cirsa tiene casinos en Marruecos. De todas formas, el coronavirus podría haber afectado ya las operaciones de estos establecimientos.
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