Lamar Odom es uno de los juguetes rotos de la NBA. El alapívot gozó de una gran carrera en la mejor liga del mundo, en la que fue campeón en dos ocasiones (2010 y 2011) con los Lakers de Kobe Bryant y Pau Gasol, pero desde hace años su drogadicción ha cercado su persona e incluso le ha acercado a la muerte: «Ya no me levanto pensando en meterme unas rayas», reconoció recientemente el jugador en un popular programa televisivo de Estados Unidos. Odom, aparentemente rehabilitado, se prepara estos días para un combate de boxeo contra el actor y cantante estadounidense Aaron Carter.
Tras levantar los títulos con los Lakers, donde fue de gran importancia en la rotación de Phill Jackson, la carrera de Odom empezó a desinflarse. Pasó por los Mavericks, los Clippers y los Knicks, con un pequeño cameo en el baloncesto español de la mano del Baskonia, con el que solo jugó 23 minutos en dos partidos. Sin embargo, fue en 2015 cuando el jugador tocó fondo.
Una sobredosis en un burdel de Las Vegas fue el detonante que le apartó del baloncesto de élite e incluso, en los meses siguientes, llegó a sufrir en varias ocasiones paros cardíacos por el consumo de drogas. «Fui a rehabilitación y me sometí a otros tratamientos. Entonces la ketamina apareció en mi vida en el momento justo. Me encuentro genial. Estoy vivo. Estoy sobrio y estoy feliz», aseguró Odom.
En sus últimos años, el estadounidense ha probado suerte en el baloncesto internacional en países como China o Filipinas o en torneos en ciudades como Dubai, pero ninguna de sus aventuras llegó a cuajar. Ahora, tras su rehabilitación, se prepara para presentarse de nuevo a gran público, pero no sobre el parquet donde fue un gran jugador.
