En medio de la guerra abierta entre la UEFA y los clubes que siguen apostando por la Superliga europea (Real Madrid, Barcelona y Juventus) podría producirse un acercamiento este próximo fin de semana entre todas las partes. Es una de las misiones de Joan Laporta, que este domingo estará en el estadio Gamla Ullevi de Gotemburgo, donde el equipo femenino disputa la final de la Champions League ante el Chelsea. El presidente del Barcelona compartirá palco con Aleksander Ceferin, que sigue firme en su intención de sancionar duramente a los clubes fundadores del novedoso campeonato internacional de clubes. Laporta tratará de dialogar con el dirigente esloveno para hacerle entender la postura de los tres clubes implicados, que ya oficializaron hace tres semanas con un comunicado contundente. El mandatario azulgrana insiste en que el modelo de fútbol actual necesita reformas estructurales destinadas a garantizar la sostenibilidad financiera de los clubes, al tiempo que reconoce que la junta directiva del Barcelona aceptó, con carácter de máxima urgencia formar parte de la Superliga, aunque debe supeditarse en Asamblea a la aprobación de los socios compromisarios.
Clubes y UEFA han tensado al máximo la cuerda y parece poco probable que haya un acuerdo ante la perseverancia de ambas partes en mantener su criterio. De todas formas, Ceferin ya ha dado el primer paso para sancionar a los clubes que siguen adheridos a la Superliga. Para empezar el Comité Disciplinario y Ético del organismo europeo investigará a Madrid, Barcelona y Juventus para esclarecer si han incurrido en una violación del marco legal al fundar y promocionar esta competición, abriendo expedientes sancionadores si lo consideran oportuno. Estos castigos son con los que Ceferin ha estado amenazando desde el principio. Una de las propuestas del mandatario esloveno es la de excluir durante dos temporadas de las competiciones europeas a los tres clubes que prosiguen con su idea. No obstante, hay que tener en cuenta que expertos consultados aseguran que a nivel jurídico no existe ninguna norma dentro del reglamento contra este tipo de torneos. Además, como ya avisan en sus comunicados Madrid, Barcelona y Juventus, cualquier castigo que quiera imponer UEFA sería rebatido con un recurso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo, como ha sucedido en otras ocasiones con resultados favorables para los clubes.
No hay que dejar de lado que los nueve equipos que retiraron su adhesión a la Superliga, a pesar de recibir el condescendiente perdón de Ceferin, también podrían ser sancionados por el intento de motín. UEFA estudia retenerles el 5 por ciento de sus ingresos la primera temporada. Estas cantidades «se invertirán para el crecimiento del fútbol base a lo largo de toda Europa, incluido el Reino Unido», apuntó el presidente de la UEFA, que se congratuló de que todos ellos regresaran al redil: «Esos clubes ha reconocido sus errores rápidamente y han tomado medidas para demostrar su arrepentimiento... No se puede decir lo mismo de los clubes que siguen involucrados en la llamada 'Superliga' y la UEFA se ocupará de esos otros clubes más adelante», amenazó.
Laporta tiene la oportunidad de mediar con Ceferin y suavizar la relación, así como las consecuencias. Aunque el encuentro no está oficialmente confirmado, la intención del mandatario culé es la de verse cara a cara con el esloveno aprovechando el marco de la final femenina de Champions, en la que el Barcelona podría lograr su primer entorchado continental de su historia tras el dominio del Olympique de Lyon. Hay que recordar que Laporta y Ceferin ya mantuvieron un breve encuentro hace unos meses aprovechando un almuerzo informal entre el presidente de la UEFA y Gerard Piqué, que estaba interesado en saber como se gestionaban y se repartían los derechos televisivos de las competiciones continentales. El abogado se presentó en los postres y estuvieron intercambiando impresiones, aunque el tema de la Superliga aún no estaba tan avanzado.
