El acuerdo «inminente» que anunció ayer el ministro de Seguridad Social en torno a la primera parte de la reforma de las pensiones comenzó a complicarse tan solo unos pocos minutos después de las palabras de José Luis Escrivá. El ministerio envió ayer a los agentes sociales un borrador de acuerdo que no agradó en absoluto a los empresarios pues, explican fuentes cercanas, no incluye algunas de sus peticiones en asuntos clave como son la jubilación forzosa, el castigo a las prejubilaciones o las nuevas cuotas para los autónomos. El ministerio había convocado una reunión para el lunes de la semana que viene en la que se esperaba hubiera fumata blanca y, sin embargo, finalmente fue cancelada ante las quejas empresariales, según explican las mismas fuentes.
El documento planteado por Escrivá, al que ha tenido acceso ABC, plasma algunas de los avances en la negociación que han acercado al acuerdo a los sindicatos, como la retirada de la fórmula de revalorización con el IPC que planteaba absorber las ganancias de poder adquisitivo de los años de inflación negativo en los ejercicios venideros. Pero, sin embargo, no incluye cambios suficientes como para convencer a los empresarios, que ni comulgan con la jubilación forzosa en los convenios, ni con castigar las prejubilaciones y, además, la organización empresarial está muy sorprendida porque se les haya remitido el diseño de un nuevo sistema de cotización para los autónomos sin que se hubiera negociado antes.
En concreto, Escrivá plantea que la cuota de los trabajadores autónomos oscile entre los 90 y los 1.220 euros mensuales una vez finalizado el periodo transitorio de 9 años. En 2023 se establecería una cotización intermedia por tramos que irá creciendo en función de los ingresos. Según las tablas propuestas, los autónomos con rendimientos de 3.000 euros o menos tendrán una cuota de 200 euros al mes en 2023, que irá ascendiendo hasta 245 euros para los que tengan unos ingresos de entre 9.000 y 12.600 euros. Para tramos superiores, la cuota asciende a 260 euros mensuales (hasta 17.000 euros de ingresos anuales), hasta 380 euros (para ingresos entre 47.000 a 48.841 euros) y 400 euros para ingresos superiores.
Esta ha sido una de las mayores sorpresas que se ha encontrado la patronal en el nuevo documento, pues Escrivá se comprometió a negociar el desarrollo del nuevo sistema de cotización para los autónomos. «En ATA no hemos recibido ninguna propuesta en la que se incluya el diseño del nuevo sistema de cotización», dice el presidente de la organización y vicepresidente de la CEOE, Lorenzo Amor.
El ministro de Seguridad Social ya ha puesto ya sobre la mesa de negociación varios documentos y lo cierto es que el nuevo documento lima su propuesta para la jubilación forzosa a los 68 años, pero tampoco ha logrado contentar a CEOE, en contra de está penalización. Según el texto, se mantiene que la negociación colectiva no podrá obligar al trabajador a jubilarse con menos de 68 años, pero da marcha atrás y borra del documento la fijación de un un régimen transitorio para las cláusulas que han sido pactadas antes de que entre en vigor la reforma de pensiones. Ahora, el ministro deja claro que estas cláusulas se podrán ser aplicadas mientras esté vigente el convenio.
La idea inicial de José Luis Escrivá era prohibir, sin acotación alguna, la jubilación forzosa en los convenios para así favorecer la prolongación de la vida laboral, pero el rechazo de la CEOE abrió la puerta a modificaciones posteriores. La figura de la jubilación forzosa fue recuperada por el Gobierno en 2018 tras las reiteradas peticiones de la patronal, después de que hubiera sido prohibida por el Ejecutivo de Mariano Rajoy en 2012, en plena crisis financiera.
Las reforma del Gobierno hace del castigo a las prejubilaciones uno de los ejes de su reforma, medida con la que no está tampoco de acuerdo la patronal, teniendo en cuenta que muchos sectores empresariales como la banca o el sector del automóvil se ven obligados a recurrir a esta fórmula de extinción para hacer frente a periodos de ajuste.
