Ángel Correa fue el gran protagonista del Atlético-Eibar. El argentino abrió la lata en el minuto 41 y anotó un segundo gol justo antes del descanso. Luego daría una asistencia a Llorente. Pero fue en ese segundo tanto cuando realizó la jugada del encuentro. Recibió de Carrasco de espaldas a la portería, y con un excelente control orientado, se deshizo de su marcador y se la colocó a su pierna derecha. Definió con un toque sutil para superar a Dmitrovic. Una delicatesen que muestra de lo que es capaz este jugador.