Los 90.000 musulmanes en la provincia celebran desde esta semana hasta el 13 de mayo el mes del Ramadán, cuyos rezos en las mezquitas están condicionados por el toque de queda y por las restricciones de reunión, lo que les obliga a adelantar la oración y a recortar aforos en los centros de culto. La pandemia dificulta sobre todo el rezo voluntario (más allá de los cinco obligatorios que realizan durante el día) y que se celebra solo en el mes de Ramadán. Lo tradicional es que esta oración, el «tarawih», comience a las diez de la noche, justo cuando empieza el toque de queda por el estado de alarma.