El Código Ético de Unidas Podemos lo dice bien claro. En su artículo 12, epígrafe octavo, expone que los cargos públicos del partido no percibirán «ninguna remuneración ni cesantías de ningún tipo una vez finalizada su designación en el cargo». Otra cosa es que Pablo Iglesias, el líder de la formación, se lo aplique.
En plena carrera electoral por la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Iglesias, candidato de Unidas Podemos en estos comicios, solicitó la indemnización que la ley le reserva en su condición de ex vicepresidente del Gobierno. Le corresponden 5.316 euros mensuales durante 14 meses y medio a los que, según el Código Ético de su partido, y como avanzó Voz Pópuli, debería renunciar.
Cuando trascendió el caso, Iglesias intentó salir al paso de las críticas asegurando que este dinero le correspondía ya que es un derecho propio del cargo. De igual modo, argumentó que él, pese a pertenecer a Unidas Podemos, tiene «derecho a lo mismo que el resto» de políticos que ocuparan ese cargo y denunció que episodios así únicamente son noticia cuando afectan a su formación.
Estas explicaciones, sin embargo, evidencian todavía más el cambio de discurso de Iglesias desde que llegó a la político. Al menos con el Código Ético que el propio partido se impuso, y que está colgado en su web, en la mano.