El acto de Vox en Vallecas, en la Plaza de la Constitución, ha sido boicoteado por radicales de extrema izquierda, que lanzaron piedras y botellazos a Santiago Abascal y al resto de líderes del partido. Si desde primera hora se iban reuniendo en torno a la plaza, en el momento en que llegaban altos cargos la tensión fue en aumento, con centenares de personas congregadas en la denominada como Plaza Roja del distrito, uno de los feudos históricos de la izquierda en la capital. Ante la comparecencia de Rocío Monasterio y de la plana mayor de la formación, la situación ha llegado a límites insoportables. Como han confesado dos manifestantes, han convertido «Vallecas en Alsasua». Fuentes policiales explican que al menos hay dos detenidos.
Todo empezó cuando, frente a los lanzamientos esporádicos de botellas hacia los miembros de Vox, Abascal avanzó hacia la zona de la plaza donde estaban los agitadores más virulentos para «contar los 18 pasos» que le separaba de los violentos. En ese momento, con nuevos objetos volando, se ha iniciado una carga policial que ha dispersado a los radicales en mitad de una enorme tensión. Según el balance de atendidos por el Samur, en su puesto Sanitario Avanzado en Vallecas, hay catorce personas atendidas por brechas, contusiones o abrasiones. Todos de carácter leve. Entre ellos se encuentra Ángel López, diputado de Vox por Guadalajara. Está siendo atendido en La Paz por una pedrada en la mano.
El acto se interrumpió cerca de media hora por la lluvia de objetos, al tiempo que Abascal reiteraba que no iban a marcharse hasta «decir la última palabra», mientras mostraba los adoquines y pedruscos que le habían lanzado. Finalmente, después de dar su mitin a trompicones, los simpatizantes de Vox han salido de la zona escoltados por la Policía Nacional. De la violencia vivida en la céntrica plaza de Vallecas, la prueba es que el parque anexo a la plaza se ha quedado desmochado de adoquines. También se han sucedido escaramuzas entre los militantes de ultraizquierda y los agentes, que se ha visto obligada a solicitar refuerzos. De hecho, de los tres traslados hospitalarios, uno de ellos ha sido un policía nacional con una luxación de hombro.
En ese sentido, Abascal ha culpado de lo ocurrido al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por la falta de contundencia del dispositivo policial. Monasterio, la candidata de Vox a la Comunidad de Madrid, apenas pudo desarrollar su discurso. La líder de la formación en la Asamblea apeló a la «libertad y la dignidad» frente a la «izquierda totalitaria»: y ha ensalzado la importancia de proteger a las familias: «A todo esto viene a combatir Vox».
La tensión en la zona ha sido total durante toda la tarde. La multitud se congregó incluso una hora antes de que Abascal, Monasterio o la diputada Macarena Olona, entre otros, llegaran a la zona. Entre gritos de «¡Fuera fascistas de nuestros barrios!» llegaron a concentrarse cerca de medio millar de personas, ante la vigilancia policial. Una vez desatada la tormenta, lo ocurrido en Vallecas ha generado una oleada de reacciones entre los representantes políticos, con diferentes tonos y objetivos en uno y otro frente.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, expresó su apoyo a Vox frente a los «ataques intolerables» que sufrieron los miembros de Vox, mientras que el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, culpó de lo vivido a Abascal. «Hoy unos pijos han ido a Vallecas a intentar provocar a los vecinos con bravuconadas. Estos les han recordado pacíficamente el poco amor por el trabajo que tiene su jefe y él se ha ido a por ellos para provocar una carga. Mañana las teles te mentirán y te dirán que fue al revés», publicó en su cuenta de Twitter. Pablo Iglesias ha hecho lo propio y ha responsabilizado a los integrantes de la formación conservadora de «ir a provocar».
