Su hallazgo fortuito el pasado diciembre dio la vuelta al mundo. Entre las colecciones de la Universidad de Aberdeen (Escocia) encontraron una caja de puros con varias astillas de madera que forman un trozo de cedro que fue descubierto en la Gran Pirámide de Guiza. El objeto era de una sola pieza cuando fue encontrado en el siglo XIX, pero la exposición al aire ha ido desintegrándola con el tiempo. Algunos sugieren que podría haber formado parte de una regla de medición empleada en la construcción de la pirámide.
El ingeniero Waynman Dixon encontró esta pieza de cedro en la llamada Cámara de la Reina en 1872 junto a un gancho de cobre y una bola de dolerita. Desde entonces a estos tres objetos, los únicos que se han recuperado de la pirámide, se les conoce como las 'Reliquias de Dixon'.
Caja de puros en que fue descubierta
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Universidad de Aberdeen
Dos de ellas, el gancho y la bola, fueron donadas al Museo Británico tras su hallazgo y la pieza de madera, a la Universidad de Aberdeen, como parte de las colecciones del doctor británico James Grant, que había viajado a Egipto para luchar contra el cólera y acompañó a Dixon en su exploración.
Durante 70 años permaneció en paradero desconocido, hasta que el Abeer Eladany, asistente curatorial de la Universidad de Aberdeen de origen egipcio, se percató de que la caja de puros que guardaba los fragmentos tenía la antigua bandera de Egipto y parecía estar en la colección incorrecta. «Cuando miré los números del registro egipcio, supe de inmediato qué era, y que efectivamente se había ocultado a la vista en una colección equivocada», explicó entonces Eladany. Como arqueólogo, había trabajado en excavaciones en Egipto antes, pero nunca imaginó que sería en Escocia donde encontraría algo tan importante para el patrimonio de su propio país.
La Universidad de Aberdeen recuerda que los fragmentos de cedro pertenecieron originalmente a un objeto de madera mucho mayor, que fue visto en una exploración de 1993 llevada a cabo en el interior de la pirámide por una cámara robótica.
Las restricciones derivadas del Covid-19 retrasaron la datación con radiocarbono de la pieza, pero los resultados han revelado ahora que la madera data del periodo 3341-3094 a.C., de unos 500 años antes de la construcción de la Gran Pirámide en el reinado del faraón Keops (2580-2560 a.C.), según informa la Universidad de Aberdeen y recoge la revista 'Current World Archaeology' en su último número.
«Encontrar la reliquia Dixon desaparecida fue una sorpresa, pero la datación por carbono también ha sido toda una revelación. Es incluso más antigua de lo que habíamos imaginado», señala Neil Curtis, director de Museos y Colecciones Especiales de la Universidad de Aberdeen. A su juicio, esto puede deberse a que tal vez la madera proviniese del centro de un árbol longevo. O tal vez, debido a la escasez de árboles en el antiguo Egipto, fuera atesorada y reciclada o cuidada durante muchos años. La datación refuerza la idea de que la pieza de cedro fue dejada allí cuando se construyó la pirámide y no pertenece a exploradores posteriores.
«Ahora los eruditos debatirán su uso y si fue depositado deliberadamente, como sucedió más tarde durante el Imperio Nuevo, cuando los faraones intentaron enfatizar la continuidad con el pasado al enterrar antigüedades con ellos», añade Curtis, para quien este descubrimiento «ciertamente reavivará el interés en las Reliquias Dixon y cómo pueden arrojar luz sobre la Gran Pirámide».