No lo pensó este verano cuando firmó por la Real Sociedad. No fue el factor determinante para comprometerse con el equipo txuri urdin, pero David Silva se encontró con una nueva final en su carrera. Una más con la que aumentar su envidiable palmarés tras su exitosa trayectoria en la selección española (un Mundial, dos Eurocopas y un Europeo-sub-19) y en el Manchester City, donde acumuló 14 títulos durante la década que vivió en el Etihad Stadium.
Fue feliz en Mánchester, una ciudad que le encumbró y que incluso le bautizó como el mejor jugador de la historia ‘citizen’. Pero David Silva decidió dejar un buen sabor de boca saliendo cuando estaba en la cresta de la ola. Si sorprendente fue su adiós al equipo inglés mas lo fue su desembarco en Anoeta, tras desechar ofertas mucho más golosas. Sevilla y Lazio le tentaron pero acabó encandilado por el proyecto de Imanol Alguacil. Medio año después es un referente y un pieza clave en el equipo vasco. Silva se ha reencontrado con la tranquilidad después del estrés sufrido en Manchester tras el nacimiento de forma prematura extrema de su hijo Mateo hace poco más de tres años. Vive afincado en el barrio ‘El antiguo’, en Ondarreta, una de las zonas más bellas de San Sebastián a orillas del Cantábrico. Una vida pausada en la que rememora su infancia en Arguineguín (Gran Canaria) natal y que le permite rendir sobre el terreno de juego. Allí comparte tardes de café y charlas con el presidente de la Real, Jokin Aperribay, Mikel Oyarzabal o su excompañero en el City y flamante fichaje de invierno del Eibar Aleix García.
Silva es un fijo en el esquema de Imanol, que apuesta por un 4-3-3 en el que Silva actúa como interior izquierdo. Su química con Mikel Merino, Oyarzabal e Isak es indiscutible y una de las claves del buen rendimiento de los donostiarras esta temporada. Los aficionados asiduos a Zubieta, la ciudad deportiva donde se ejercitan los blanquiazules aseguran que no le han visto aún perder un balón. «Cuando tenemos que buscar espacios libres, él es el mejor que he visto. Nunca he visto a nadie moverse entre líneas como él», ha asegurado Guardiola cuando le preguntaban por el canario.
David Silva sumó hoy su título número 21 y su segunda Copa del Rey tras la ganada con el Valencia en 2008. Son sus dos únicos títulos españoles de club tras su exitosa carrera en el Manchester City, club que anunció recientemente que colocará una estatua en el Etihad Stadium en su honor. Además, uno de los campos de entrenamiento, adornado con un mosaico en la City Football Academy, también llevará el nombre del centrocampista español. «Cambió la historia del City. Ha dejado su sello en equipo y en el club, es parte de la historia de la Premier League. Ha sido parte fundamental a la hora de implantar la filosofía de fútbol bonito que tenemos hoy en día. Ha sido el principio de todo», explico Khaldoon Al Mubarak, presidente del club británico. En Donosti sigue agradando su leyenda.
