Usualmente, para conocer sobre la historia de un fenómeno cualquiera, uno solo agarra y lee algunos volúmenes, ve un par de documentales y hasta consulta Wikipedia con tal de hacerse una idea general de cómo fueron las cosas. Sin embargo, frecuentemente nos olvidamos de que nuestro tiempo es también uno que quedará plasmado en las páginas de los libros de texto y dejamos de apreciar lo que nos toca de cerca.
En las canchas de fútbol se cuentan leyendas sobre Di Stéfano, Pelé, Cruyff, Maradona, Yashin, Keegan, Van Basten o Platini. Su legado, plasmado en incontables imágenes de archivo, es un tesoro del deporte. Sin embargo, pasa que semanalmente también tenemos justo en las narices nuevas hazañas palpitantes de actualidad por las cuales no podemos menos que sentirnos afortunados.
El de Robert Lewandowski es un caso raro. Luego de unos comienzos prometedores en su natal Polonia y su pase al Borussia Dortmund, el delantero tardó un poco en «despegar» como una figura de élite. Fue una noche mágica ante el Real Madrid la que lo confirmó como la estrella que estaba destinada a ser. Aquellos cuatro goles le valieron un pasaje a «primera clase».
Desde entonces, el gigante nacido en Varsovia ha seguido dando de qué hablar. Ya el pasado curso estuvo cerca de ganar la Bota de Oro, pero el italiano Immobile se la arrebató por cosas del calendario. Luego, su actuación en la Liga de Campeones fue clave en el campeonato del Bayern de Múnich y aunque France Football decidiera no otorgar su Ballon D’Or, todos sabemos quién lo merecía en 2020.
La más reciente huella de Robert, actual líder anotador de Europa con 32 perforaciones, ha sido nada menos que establecerse como el segundo máximo goleador de todos los tiempos en la Bundesliga. El anterior fin de semana llegó a 268 dianas y empató en ese sitio con el alemán Klaus Fischer. A partir de ahora suponemos que intentará acercarse a los 365 tantos de Gerd Müller, aunque ya a sus 32 años eso luzca como una tarea hercúlea.
Una vez, hace ya algunos años, a Cristiano Ronaldo le preguntaron cuál había sido el gol más importante de su carrera. La respuesta fue rápida y simple: «El próximo».
Una respuesta como esa describe casi a la perfección a este tipo cuyo ego es superado solamente por su divina manía de superarse casi a diario.
Figura superlativa e histórica del Manchester United y el Real Madrid, el hijo de Madeira pudo haber elegido la comodidad de Catar o la MLS en 2018, pero en cambio prefirió irse a la Juventus de Turín con tal de seguir retándose.
En un punto en que muchos ya se adelantaban a hablar de su declive atlético, este luso que ya cuenta 36 años ha dejado claro que falta para declararlo como «obsoleto».
Además de sumar 95 goles en todas las competencias desde su llegada a Italia, resulta que hace poco le hizo un hat-trick al Cagliari y de paso llegó a los 770 goles en competiciones oficiales con clubes y su selección.
Esta nueva cifra le permitió a Cristiano no solo superar a Pelé en la tabla histórica mundial, sino colocarse como el tercero de la lista, por detrás del brasileño Romario, autor de 772 dianas y el austriaco Josef Bican, líder con 805.