Un dato sintomático y para el recuerdo este 8 de marzo: en 2020, PSOE y Unidas Podemos (UP) no concurrieron juntos a la marcha estatal en Madrid pese a que la coalición se había consolidado hacía semanas y se estrenaba con buena voluntad. Las dirigentes y ministras –bajo los mandos de dos primeras espadas del feminismo, Carmen Calvo (para el PSOE) e Irene Montero (para UP)– se fundieron en las agrupaciones de sus partidos y las reivindicaciones ya se corearon por separado. Esta disonancia era un preludio de los chispazos que estaban por venir por falta de entendimiento en este terreno tan delicado. Para las socialistas, esa lucha por conseguir la igualdad «no es de todas», como espetó Calvo... Ver Más