El nuevo mantra de Moncloa ya fluye. Sánchez y sus ministros están hartos de Pablo Iglesias, y se nos inocula que ese creciente malestar terminará antes o después con la ruptura de la coalición. Se filtra el agotamiento progresivo de la fórmula porque Sánchez ha empezado a dejar de dormir a gusto. Se nos dice que la relación entre ellos está muy deteriorada y que la deslealtad mutua rebosa. Que uno prescindirá del otro a conveniencia, o viceversa. Que el final está predeterminado. Que hay ministros muy ofendidos con los excesos de Podemos. Mucho. Muy ofendiditos y enfadaditos. Que lo de la niñera nivel 30 es anecdótico -no lo es-, y que el sanchismo ve en Iglesias más a un... Ver Más