Con la habitual capacidad del ayuntamiento actual de Toledo para sorprendernos con sus iniciativas y gestión del urbanismo de la ciudad, la noticia publicada en La Tribuna el 11 de febrero de 2021 sobre la necesidad de proyecto arquitectónico para los viaductos del AVE nos vuelve a provocar estupefacción. En esa noticia se dice que los viaductos del AVE exigirían un proyecto arquitectónico, lo que nos parece una notable obviedad, porque resulta complicado entender que cualquier viaducto o construcción de esa naturaleza no lo exija. No obstante, nuestra sorpresa no viene ocasionada tanto por esa afirmación como por la aparente disposición del equipo de gobierno municipal para aceptar que el proyecto del AVE a su paso por Toledo, según el proyecto del Ministerio de Fomento, termine por atravesar la Huerta del Rey y diferentes barrios de la ciudad, con impactos visuales y medioambientales ya denunciados, y siempre con daños irreparables para los valores patrimoniales de Toledo y lesivos para la calidad de vida de sus vecinos. Realmente resulta difícil de entender que el ayuntamiento presente alegaciones rechazando las propuestas a los trazados previstos por el Ministerio de Fomento, siempre con referencia y parada en la actual estación de Santa Bárbara, después de evacuar informes técnicos municipales y de patrimonio, y ahora nos comunique la posible aceptación del proyecto ministerial para evitar retrasos al mismo. ¡Como si la única objeción a ese proyecto y las únicas alegaciones que el proyecto va a recibir, fueran las de nuestro ayuntamiento!
La noticia, tal como se ofrece en la prensa, supone un desprecio a los propios técnicos del ayuntamiento y a la comisión de patrimonio que han argumentado razones para rechazar las propuestas de trazado del Ministerio de Fomento a su paso por la ciudad, pero lo que es peor, la noticia sigue mostrando el profundo desinterés de esta alcaldesa por los valores patrimoniales de las Vegas, que forman parte del monumento histórico protegido en 1940 por el Estado, delimitado espacialmente por las Instrucciones de la Dirección General de Bellas Artes de 1968, y protegido posteriormente también por la UNESCO, en 1986 y 2013. Una vez más, el ayuntamiento vuelve a confundir a la ciudadanía y a la opinión pública: por una parte, presenta alegaciones al trazado, porque legalmente no cabe otra opción y además porque existen razones de calidad de vida que se han de proteger, pero por otra, lo que ahora leemos, se deja la puerta abierta a cualquier decisión del Ministerio, en otras palabras, al mandato del partido desde Ferraz.
Cierto que, en este sentido, no nos sorprende nada por actuaciones anteriores, y ahora mismo, por el manifiesto desinterés mostrado por nuestra alcaldesa hacia la ubicación de la Base logística del Ejercito en nuestra ciudad, proyecto generador de empleo y riqueza, y cuya ubicación en Toledo había sido decidida por el Ministerio de Defensa con el anterior gobierno y puesto en antecedentes el actual, sin objeción alguna con ocasión del traspaso de poderes. Disponibilidad de terrenos y razones estratégicas incomparables con otras posibles localizaciones lo avalaron en su momento, pero ahora, sorpresivamente, nos encontramos con que ese proyecto ha sido concedido a Córdoba, y también nos enteramos de que antes, ya por este gobierno, había sido prometido a Jaén, todo eso con la mayor indiferencia de nuestra alcaldesa para los intereses de reactivación de la economía local con actividades productivas y no dependientes exclusivamente de la llegada de turistas.
Por otro lado, todo viene a demostrar lo que venimos repitiendo insistentemente, la ausencia de proyecto de ciudad, de visión de conjunto de una ciudad que posee valores patrimoniales que la hacen única y excepcional, como ha sido reconocido de forma reiterada por nuestro Estado y la UNESCO. Esa misma carencia de convencimiento del ayuntamiento en los valores únicos de nuestra ciudad y en las necesidades reales de sus vecinos, demuestra su falta de decisión para abordar y resolver los problemas de un casco histórico que sigue languideciendo desde el punto de vista habitacional y perdiendo equipamientos y dotaciones funcionales, al margen de las graves y difícilmente evitables consecuencias de la pandemia de la COVID. Y esas insuficiencias de gestión para el tratamiento integral de la ciudad se evidencian también en la Vega Baja, donde la corporación ha permitido irreparables decisiones en detrimento del patrimonio y del paisaje, entre las que destacan su autorización para la edificación de los bloques de la ampliación de Santa Teresa, cerca del Circo romano, y el empeño en la construcción del Cuartel de la Guardia Civil dentro de un espacio protegido.
Hasta hace pocos meses, esa construcción había sido prevista en las inmediaciones del poblado obrero, en zona arqueológica, eso sí, entonces con suficientes garantías a la protección del patrimonio según el concejal de urbanismo y confirmadas entre otros por el embajador de la UNESCO llamado a reforzar los argumentos municipales, como el lector recordara. Ahora, tras la denuncia por expoliación de miembros de la plataforma «Toledo, Sociedad, Patrimonio y Cultura», que demostró la inadecuación de aquella ubicación, la construcción del cuartel se ha trasladado a la Peraleda, en un espacio también protegido, puesto que no es sino la prolongación al otro lado del río de lo que se entiende urbanísticamente por Vega Baja, por eso también incluido en la denuncia por expoliación de patrimonio ante el Ministerio de Cultura. ¡Ah! Y, por si fuera poco, parcialmente, dentro de zona de inundación según la Confederación Hidrográfica del Tajo.
La noticia sobre la posible construcción de viaductos según los trazados previstos por el Ministerio de Fomento también genera incertidumbre sobre un Plan General de Ordenación Municipal en el que se lleva meses trabajando, sin información alguna a la opinión pública, salvo referencias a un inconcreto Plan Especial de Vega Baja, y sin acceso alguno al último estudio de georradar en ese mismo espacio, a pesar de lo establecido por la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de Transparencia y del portal de transparencia municipal. Parece fuera de toda lógica y sentido, que el nuevo POM se esté elaborando sin evacuación de consultas, opiniones y debate de los distintos actores de la ciudad. Y en todo caso, ante el proyecto de infraestructuras ferroviarias de Fomento en la Huerta del Rey y en otros entornos urbanos, sería de esperar alguna opinión de los arquitectos encargados de la redacción del POM, que se les supone especialmente conocedores de la ciudad y, sobre todo, por el consecuente e inevitable impacto de esos planes sobre sus previsiones de desarrollo urbano dentro del POM, salvo que sus propuestas respondan más a directrices políticas y criterios especulativos que a planteamientos objetivos y técnicos.
Nos tememos, pues, que si no hay cambio de actitud por parte del ayuntamiento, el resultado del nuevo POM pueda ser el mismo que el del anterior: la proliferación de alegaciones y denuncias hasta su anulación, con la consiguiente incertidumbre para el futuro de la ciudad a la espera de alguna circunstancia política que permita el deseable modelo consensuado de ciudad y que jamás podrá salir adelante sin conservar los valores patrimoniales que son el soporte de nuestra identidad colectiva y hacen posible que Toledo sea Patrimonio de la Humanidad, de todos. Desde luego, parece estar fuera de toda duda que ninguna corporación tiene legitimidad para destruir y poner en peligro esos valores, ni siquiera con urbanismo como el actual, basado en un «poquito de patrimonio», en obscurantismos y en constantes declaraciones y planteamientos de «marcha adelante y marcha atrás», que no garantizan el desarrollo sostenible y la calidad medioambiental de un entorno también privilegiado.