Pendientes e ilusionados de cara al fin de semana y se presenta la noche del viernes con tormentazo de lluvia, preludio de la llegada de una nueva borrasca, ¡manda narices!
Lluvias y ambiente invernal barriendo la península… vamos, lo que corresponde en estas fechas, pero madrugamos, cargamos la bici en los coches y partimos al punto de encuentro confiando en que podremos aprovechar la “calma chicha” del ojo del huracán.
AlfonsoyAmigos sigue como pulpo troceado, con los añorados amigos segovianos por latitudes que echamos mucho de menos y por estos lares, compañeros que aún siguen confinados en sus “zonas básicas de salud” castigados como niños rebeldes, pero a los que mandamos ánimo y fuerte abrazo.
Se deja notar la baja temperatura y nos abrigamos, Confiamos en que las recientes lluvias no embarren nuestras intenciones y con esa ilusión damos las primeras pedaladas adentrándonos en el Bosque de La Herrería donde, a hora temprana, aún no encontramos apenas viandantes.
Avanzamos por recorrido que nos aleja del centro urbano y nos acerca hacia el Embalse del Romeral, que sorprende encontrar tan bajo de nivel. Los GPSs nos juegan alguna jugarreta, pero volvemos al redil para hacer una breve parada antes de afrontar el duro ascenso por las 16 zetas (que conste que yo no las he contado). Desde aquí, sabemos que nos restan 3 kms para alcanzar el collado.
La última vez disfrutamos de lo lindo con estas zetas en descenso a pesar de cubrir la nieve el recorrido, pero hoy se nos atraviesa a tramos el ascenso, ya que las numerosas raíces que encontramos están muy peladas, húmedas y resbaladizas.
Siempre se celebra llegar al puerto de Malagón o puerto de San Juan de Malagón… punto de encuentro, parada y sigue hacia otros destinos. Hoy giramos a la izquierda para coger el Camino de la Cancha o Camino del Pinar, dejando para otra ocasión una nueva visita al embalse del Tobar.
Estupendas vistas desde el Cerro del Ortigal donde las grandes peñas nos ponen a refugio del viento frío que corre por esta zona a pesar de estar el día soleado. Aprovechamos para otro pequeño refrigerio antes de iniciar rápido descenso hacia la localidad de Robledondo. Más de uno nos acordamos de lo duro que resultó este tramo en ascenso en otras ocasiones.
Hay que abandonar la carretera por la izquierda y coger trazado que desde el principio ya tememos encontrar muy embarrado por la zona de La Ventolera y que nos recibe con gran cantidad de pedrolos que se superan con habilidad.
Llegamos al Puerto de la Paradilla y aquí, parte del Grupo equivoca el recorrido. Enrique y Juan siguen por sendero trialero y el resto acabaremos llegando al Puerto de la Cruz Verde por tramo de carretera. Impresionante la cantidad de motos que encontramos allí aparcadas, seguramente por alguna concentración fechada.
Avanzamos ya juntos y cogemos desvío por la derecha hacia la Umbría de Matarrubia (que no sé qué culpa tendrá la pobre) para realizar casi 5 kms de frenético descenso por el Camino de El Escorial, algo acondicionado de cómo se encontraba hace algún tiempo pero no exento de peligro por la piedra suelta, desnivel que acelera la marcha y regueros profundos por el agua.
Tan rápido vamos que casi seguimos marcha hacia Robledo de Chavela y la ermita de Navahonda. ¡Soo, caballos! Que hay que girar a la izquierda hacia el Túnel de la Cañada, que casi todos recordamos en duro sentido inverso.
Por camino rural hasta cruzar las vías del tren en La Estación de Zarzalejo y coger recorrido habitual por el Camino de los Ermitaños, dejando a nuestra izquierda las graníticas Machotas y a nuestra derecha, poco más adelante, la fría Silla de Felipe II.
Ya estamos en el tramo final de nuestra ruta y parece como si los seguidores de AlfonsoyAmigos, al enterarse de que El Escorial no se encontraba confinado, hubieran aprovechado a realizar también escapada a la zona… y verdaderamente se nota. Las pistas y las trialeras están conquistadas por andarines que quieren disfrutar también del día.