La dureza con la que la tercera ola de la pandemia amenaza con impactar sobre la ya maltrecha economía ha marcado la negociación de la nueva prórroga de los ERTE. Y ha sido clave a la hora de acelerar sus tiempos. Con un margen inédito en las anteriores mesas, los órganos de dirección de empresarios y sindicatos dieron ayer su visto bueno al documento propuesto por el Gobierno y que extiende esta herramienta de protección del empleo hasta el 31 de mayo, introduce mejoras en su gestión y potencia la formación de los trabajadores congelados. Ofrecer un mensaje de certidumbre de cara a unos meses de extrema complejidad en el terreno económico ha pesado en todas las partes negociadoras, ya...
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