«En San Clemente no se había vivido nada igual». Así se lo confirma a ABC María Rosario Sevillano, la alcaldesa de esta localidad conquense, que este martes alcanzó la tercera temperatura más baja de Castilla-La Mancha, -16º C, una mínima histórica para lo que es la comarca de La Mancha Baja. Una comarca que ha sufrido los estragos de Filomena durante estos días, ya que la nieve y ahora el hielo cubrió por completo las calles y carreteras de los alrededores.
De hecho, a causa del temporal, según informa la regidora de este municipio de más de 7.000 habitantes, el lunes sufrieron un corte en el suministro de gas durante unas horas debido a una avería, lo que dejó sin calefacción a un buen número de sus vecinos. Y, además, hubo una parte del pueblo en el que las tuberías del agua se quedaron congeladas. «Afortunadamente -señala-, en ambos casos, los problemas se subsanaron rápidamente, para tranquilidad de todo el mundo».
María Rosario Sevillano subraya que desde el ayuntamiento, desde un principio, han estado trabajando exhaustivamente para limpiar y adecentar las calles de la localidad. «Fuimos previsores y, ya una semana antes, estábamos preparados para el temporal que se avecinaba», se congratula la alcaldesa, que quiso agradecer también la labor que han realizado tanto los empleados municipales como los vecinos y los agricultores de la zona, que con sus tractores han despejado la calzada de nieve y de las ramas de los árboles caídos.
Los operarios de carreteras también aseguran que las comunicación está «más que garantizada» por la comarca de La Mancha Baja conquense, ya que se trabajó en su limpieza desde el primer día. San Clemente tiene salida por autovía y tan solo hay problemas de circulación en la carretera secundaria que la une con la población vecina de La Alberca de Záncara por acumulación de hielo en la calzada.
Por lo tanto, según afirma Sevillano a ABC, «la normalidad puede recuperarse en breve en San Clemente», donde hoy mismo, si no hay ningún imprevisto, volverán a abrir los colegios después de las vacaciones de Navidad. «Eso sí -apunta-, hay padres que han decidido no llevar a sus hijos por el frío».
