Cataluña es la única comunidad autónoma española cuya deuda es calificada por todas las grandes agencias de «rating» como «bono basura». Una condición que, más allá de los pactos de ERC con el Gobierno de Sánchez a cambio de los Presupuestos, torpedea cualquier deseo nacionalista de desligarse del paraguas de la financiación estatal y emprender una salida independiente a los mercados ya que le cierra automáticamente la posibilidad de acudir sin intermediarios al BCE para obtener financiación.
La solvencia crediticia de Cataluña es además la peor valorada de todas las comunidades. Tanto Fitch («BB») como Moody’s («Ba3») le otorgan un «rating» por el que consideran los títulos de esta región de «riesgo alto». Por su parte, Standard & Poor’s, la tercera...
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