El nuevo etiquetado que advierte sobre alto contenido calórico y exceso de azúcares en alimentos representa un impacto económico para el 80 por ciento de las empresas en Puebla dedicadas a la producción de alimentos y bebidas, ya que su implementación involucró costos que no estaban considerados en medio de la pandemia de coronavirus, además que repercutirá en niveles de ventas.
Carlos Julián Sosa Spínola, presidente del sector alimentos, bebidas y agroindustria de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), explicó que el etiquetado frontal que autoridades fijaron como parte de las acciones para prevenir el sobrepeso y obesidad en el país, ha generado pérdidas económicas para este sector productivo.
Precisó que, de las 65 empresas de este sector adheridas al organismo, 80 por ciento tuvo que reformular sustancias, materia prima, además que mucho inventario quedó inservible.
Agregó que la implementación de los sellos en forma de octágonos que aparecen en alimentos y bebidas procesados tuvo que realizarse de manera rápida, lo que obligó a muchas empresas a rehacer etiquetas manualmente para poder desplazar productos en tiendas.
Explicó que el efecto para las empresas irá en función del número de sellos que tienen en el empaque, es decir, si advierten sobre cantidad de azúcares, grasas saturadas, grasas trans, sodio y/o calorías, que al reformularse modificaron en sabor y ello implicaría un impacto en el consumo.
Dijo que conforme a estimaciones de agencias internacionales las ventas de productos con el nuevo etiquetado podrían disminuir entre un cinco a 25 por ciento o más, según el número de sellos que manejen en el empaque.
“Tengo el caso de una empresa poblana que vende gelatina en particular que tuvo que reformular todo su producto para poder disminuir la cantidad de sellos y esto ha sido bastante fuerte porque ya el sabor ha cambiado y eso les ha pasado a muchas empresas. En la industria de los lácteos igual, se estima que, de cada diez puntos, tres o cuatro se tiene que reformular para bajar los sellos y todo eso tiene un impacto en el sabor y en el consumo”.
Destacó que alimentos y bebidas es el segundo sector industrial con mayor importancia en el estado, ya que representa el 20 por ciento del PIB manufacturero, de ahí que la norma que entró en vigor hace un mes agudizó la situación de la industria en Puebla que enfrenta otra serie de retos a causa de la pandemia como es el bajo consumo, alzas en precios, y por otro lado, el cambio a empaques biodegradables.
Consideró que la implementación de la norma en México fue más rigurosa en comparación con otros países de América Latina donde empezó con tres a cuatro sellos de advertencia y gradualmente fue incrementando.
“Ha sido muy agresiva, en muchos países en lugar de tener los famosos cinco sellos que hoy podemos ver, en algunos países empezó con tres y México fue de los pocos países que arrancó con la mayor cantidad de octágonos y decidieron usar palabras más fuertes como la palabra exceso en vez de alto contenido”.
Estimó que el impacto económico podrá medirse a partir del próximo año, así como los posibles beneficios que las autoridades pretenden conseguir con esta advertencia.
AFM