Muchos artículos se han escrito en torno al triunfo de Joe Biden en el proceso electoral de los Estados Unidos.
Aún falta camino por andar para que dado el caso, el 20 de enero tome posesión como presidente número 46.
Mientras tanto los ojos del planeta se han posado sobre un hombre que se dispone a gobernar a la primera potencia del mundo, en medio de la peor crisis sanitaria por la pandemia del covid-19, y bajo un clima de polarización no visto en muchos años en Estados Unidos. Pero ¿Qué podemos esperar en México con la inminente llegada del demócrata a la Casa Blanca?
Por lo pronto, que desaparecerá del mapa el discurso antiinmigrante y racista al que nos hemos acostumbrado, con la amenaza permanente contra lo mexicano; existe la promesa de Biden de reducir las restricciones migratorias impuestas por el aún presidente Trump, y el compromiso de frenar la construcción del muro, priorizando la reunificación de las familias que aún están separadas, bajo la desaparecida política de “Tolerancia Cero”.
Seguramente resucitará el programa de los “Dreamers” y se reconsiderarán los programas antiinmigrantes que impulsó Trump, quien por cierto, le dejó a México el trabajo de contener las caravanas de migrantes.
La relación de temas en la agenda bilateral es extensa: la lucha contra la inseguridad, el tráfico de armas, narcotráfico, medio ambiente y el cumplimiento de los compromisos signados en el T-MEC, que sin duda será una exigencia de la administración Biden, baste recordar el tema energético, que ya le demandan a México.
Mejor o peor con Biden es simple retórica, también representa el proteccionismo y encarna el poder de la primera potencia mundial, sin embargo, después de las múltiples ofensas, insultos, amenazas y acciones contra los mexicanos el trato y la relación deben mejorar... Sólo hace falta una diplomacia mexicana que haga su trabajo.
Reflejos
- Respecto a si debe México felicitar a Biden es más bien una discusión nuestra, ya me imagino a los demócratas y a Biden preocupadísimos por esta situación y si nos las van cobrar al tiempo. Debemos dejar de pensar que somos el ombligo del mundo y mejor ponernos a trabajar en una relación de más respeto y menos injerencia con nuestro principal socio comercial y vecino.
- No podemos dejar de lado la fórmula que detonó el triunfo: la futura vicepresidenta, Kamala Harris, quien ha modificado la historia mundial no sólo por ser la primera mujer que ocupará la segunda posición del gobierno del país más poderoso, sino además por ser también la primera de origen indio y afroamericano.
No descartemos la posibilidad no remota, de convertirse en la mujer más poderosa del planeta, ¡Al tiempo! Kamala ha luchado por los derechos de los grupos tradicionalmente relegados por razones de raza, credo o posición económica, lo que permite alimentar la esperanza que al menos, verá con otros ojos a la gran comunidad de migrantes latinos.
@ramirezpaco
