El cálido recibimiento a Evo a lo largo de tres días de recorrido tuvo su colofón este miércoles con su arribo a esta población, donde se mantendrá laborando para apoyar desde abajo el nuevo mandato del Movimiento al Socialismo (MAS)
CHIMORÉ, Cochabamba, noviembre 11.— El cálido recibimiento a Evo a lo largo de tres días de recorrido desde la fronteriza localidad de Villazón tuvo su colofón este miércoles con su arribo a esta población, donde se mantendrá laborando, ha dicho, para apoyar desde abajo el nuevo mandato del Movimiento al Socialismo (MAS).
Luego de los obsequios humildes y los nutridos saludos que recibió del pueblo a lo largo de 1 100 kilómetros desde la frontera con Argentina, tuvo lugar este último y multitudinario acto de bienvenida en Chimoré, en el corazón de la geografía cochabambina, y considerado el bastión sindical y político de Evo.
A la concentración, convocada por las Seis Federaciones del Trópico, asistieron representantes diplomáticos, legisladores y alcaldes, razón por la cual puede considerarse este como su recibimiento oficial.
Morales partió al obligado destierro un año atrás, precisamente, desde este punto, ubicado a 325 kilómetros al este de La Paz, y que este miércoles le demostró su respaldo y simpatías.
«En un año nunca pensé abandonarlos», dijo Evo al usar de la palabra, y luego de atravesar con trabajo la multitud que se agolpaba para saludarlo hasta llegar a la tarima.
«Lucho», como le llaman familiarmente al presidente Luis Arce, no pudo llegar por asuntos de trabajo y le habló en la madrugada, explicó Evo ante la ausencia del Presidente, cuya asistencia al acto se había anunciado desde antes.
«Sabía que no estaba solo», recordó Evo. Dije desde este aeropuerto que “Volveremos hecho millones”, y ahora somos millones (…). Ahora tenemos la responsabilidad de devolver la dignidad, la soberanía y la independencia para el pueblo boliviano, y vamos a hacerlo con «el hermano Lucho y el hermano Choquehuanca», aseveró Morales, quien recordó que la base del proyecto del MAS está en la nacionalización de los recursos naturales, y ahí también estaba la causa del golpe que le robó las elecciones en octubre de 2019.
Una de las más recientes y emotivas jornadas de la larga bienvenida tributada a Morales tuvo lugar en la medianoche del martes, cuando inició en su pueblo natal, Orinoca, la última etapa de su largo trayecto hasta aquí, en un viaje de 12 horas, reportó Telesur.
Desde horas tempranas de este miércoles, un mar de banderas azules, el color de su partido, el Movimiento al Socialismo, aguardaba a su líder, libre ya de las falsas acusaciones por terrorismo y sedición con las cuales el manipulado sistema judicial del régimen de Jeanine Áñez pretendía apresarlo y judicializar su desempeño.
Después de su toma de posesión el domingo, Luis Arce, por su parte, se encuentra ya inmerso en las labores como presidente que debe desatar los nudos creados por la depredadora gestión de Áñez, dando cumplimiento a sus promesas de campaña.
Durante su participación, la víspera, en las conmemoraciones del aniversario 210 del grito libertario de Potosí, el nuevo mandatario del MAS ratificó su compromiso de dar continuidad a las obras paralizadas en esa región.
«Nos duele ver en Potosí que muchas de las obras que habíamos diseñado como Gobierno nacional en nuestra anterior gestión, hoy se encuentren paradas, se encuentren entorpecidas y el único que se ha perjudicado durante estos últimos meses, por supuesto, ha sido el pueblo potosino», afirmó Arce antes de reiterar que «nuestro compromiso (es) hacer los mejores esfuerzos, buscar todos los recursos necesarios que hoy estamos viendo que lamentablemente no los tenemos, dada una (reciente) gestión económica, sanitaria y educativa desastrosa».
Pese a ello, dijo, «el compromiso firme del Gobierno nacional es continuar estas obras» y el proceso de cambio, con una mayor integración entre el campo y la ciudad, entre el norte y el sur o entre el este y el oeste, reportó ABI.
Arce recibió este miércoles las cartas credenciales de los embajadores de Venezuela e Irán, con lo cual se formaliza la continuación de relaciones diplomáticas y fraternas interrumpidas por el mandato de ruptura del golpe representado por Áñez.
En encuentro anterior con el canciller venezolano Jorge Arreaza, ambas naciones relanzaron ya sus relaciones de cooperación interrumpidas por el golpismo.
