En una finca del municipio camagüeyano de Santa Cruz del Sur vivía cuando niño Jorge Roberto Elías Reyes. Además de su progenitor, también su primer entrenador, Juan Molina, lo condujo a enamorarse del juego ciencia
En una finca del municipio camagüeyano de Santa Cruz del Sur vivía cuando niño Jorge Roberto Elías Reyes. Allí a menudo contrarrestar el tedio no era cosa fácil, por lo que su padre, Roberto, le enseñó a jugar ajedrez y el pequeño, rápido, lo incluyó como su principal hobby. Desde los ocho años comenzó a participar en eventos organizados y una vez que pasó a la enseñanza secundaria, ingresó en la EIDE. Además de su progenitor, también su primer entrenador, Juan Molina, lo condujo a enamorarse del juego ciencia.
Él, Carlos Daniel Albornoz y Dexter Docampo conformaron un fuerte equipo que le aportó a Camagüey muy buenos desempeños en categorías escolares. Elías integró el conjunto campeón nacional en 2010 y seis años más tarde devino medallista de bronce individual en el Campeonato Nacional juvenil. En todo este tiempo de constante aprendizaje como ajedrecista, mucho se ha nutrido de su amigo Albornoz.
«Desde pequeños venimos juntos por el camino del ajedrez. Aprendo de él a menudo y estudio sus partidas cada vez que compite en eventos internacionales, algo que favorece el desarrollo de mi juego. Cuando se acerca algún torneo en el que debo participar, varias veces ha aceptado jugar partidas de entrenamiento conmigo en pos de llegar lo mejor preparado posible. Parte de mis resultados se los debo a él, un muchacho alegre, humilde, de excelentes valores, y, sobre todo, muy modesto», declara el trebejista de 21 almanaques.
Indiscutiblemente, a su corta edad, como él mismo asegura, su resultado más memorable fue clasificar a la final del último Campeonato Nacional absoluto, efectuada en febrero de 2020, en la que consiguió su primera victoria ante un Gran Maestro, en este caso, el habanero Omar Almeida. Afirma que cambió sus métodos de entrenamiento para conseguir un mejor desempeño y su nivel fue superior al mostrado en años anteriores, algo que apreció en partidas jugadas contra varios de los principales aspirantes al título.
Jorge Roberto concursó entre finales de septiembre y principios de octubre en la primera edición del Campeonato Panamericano Universitario online y pocos días después intervino en otro certamen en línea: la justa del orbe universitaria, en la que fue uno de los protagonistas del equipo Cuba 1, luego de acumular siete puntos en diez partidas, uno menos que los conseguidos por Albornoz.
«Considero que el resultado de Cuba fue muy bueno, de manera general, pues los dos equipos lograron avanzar hasta octavos de final. En el plano individual creo que quedé un tanto en deuda con mi elenco, al perder mi partida en el match de octavos frente a la India. Sin embargo, a pesar de ese revés, fue un torneo en el que me sentí a gusto, pues tuve balance de seis triunfos, dos tablas y una derrota en la etapa clasificatoria, además fue una experiencia única representar a mi país en un evento mundialista», dice el jugador de 2428 puntos de coeficiente Elo.
Elías, novio de la también trebejista agramontina Ineimis Hernández, afirma que su meta más clara es la de convertirse en Gran Maestro —pues ahora es Maestro Fide—, pero para ello sabe que tiene que vencer la etapa siguiente, la de ostentar el título de Maestro Internacional. «Me enfoco en trabajar con el objetivo de erradicar mis debilidades y luego transformarlas en fortalezas. Si consigo eso, evidentemente mi nivel sube y puedo ir cumpliendo cada una de mis aspiraciones».
