Jaylin Davis llamó a su casa y charló con su familia. De inmediato, le quedó clara la decisión que iba a tomar.
Pero Davis ni siquiera estaba seguro de si se realizaría la ceremonia del himno. Los Gigantes jugaban el lunes un encuentro de exhibición en Oakland, sin espectadores, tras los meses de inactividad en el béisbol a consecuencia de la pandemia de coronavirus.
Al menos una docena de empleados y peloteros de los Gigantes se arrodillaron.
Los jardineros Mike Yastrzemski y Austin Slater se pusieron de rodillas, lo mismo que el coach de primera Atoan Richardson, mientras que el campocorto Brandon Crawford se paró entre Davis y Richardson, colocando una mano en el hombro de sus compañeros.
"El que ellos hayan tenido el valor suficiente de hacer esto significó mucho de verdad", dijo Davis.
"En cierto modo habíamos hablado, antes de comenzar incluso el campamento, de que queríamos que se supiera que no íbamos a permitir que todo pasara a segundo plano sólo porque el béisbol estaba de regreso", agregó.
Después del juego, Kapler dijo que los Gigantes seguirían sosteniendo conversaciones relevantes sobre su papel para generar un cambio y causar impacto a fin de enfrentar los problemas de racismo e injusticia.
El jardinero derecho comentó que tiene más ideas para llamar la atención sobre los problemas.
"Me dijeron que no me preocupara por ser un chico de primer año. Si me sentía cómodo haciendo esto debía hacerlo", relató Davis.
JL