La Liga portuguesa vuelve a puerta cerrada y preparada para los nuevos tiempos posteriores al estallido de la pandemia del coronavirus, como demuestra la nueva medida pionera: permitir hasta nueve jugadores sentados en el banquillo esperando para un posible cambio. Además, se adopta la misma resolución que ya tomó la Bundesliga en el sentido de autorizar cinco sustituciones a lo largo del tiempo reglamentario.
Tales relevos podrán efectuarse en tres momentos de cada choque, además del descanso. De ahí que la norma sea conocida como ‘ley 3’ en estos días previos a la reanudación del torneo.
Será el próximo miércoles, 3 de junio, cuando se celebren los dos primeros encuentros, dos meses y medio después de haberse suspendido la competición: Portimonense-Gil Vicente y Famalicao-Oporto, que acapara toda la atención porque el equipo de Íker Casillas (tiene contrato en vigor hasta final de mes, aunque no juega desde hace un año por el infarto que sufrió) marcha líder y cuenta con un punto de ventaja sobre el Benfica.
Las novedades que entran ahora en vigor en el país vecino han sido aprobadas por la International Football Association Board (IFAB) y apuntan a un objetivo claro: aliviar a los conjuntos en un contexto en el que la suspensión desde el pasado 13 de marzo se puede traducir en un incremento de los problemas físicos de los jugadores.
Restan 10 jornadas por disputarse y los enfrentamientos se irán sucediendo martes o miércoles y viernes o sábado, en una hilera que persigue finalizar unos 15 días antes del regreso de la Champions League, previsto para el 7 de agosto con dos grandes citas de la vuelta de Octavos de Final: Manchester City-Real Madrid y Juventus-Olympique de Lyon. Al día siguiente, Barcelona-Nápoles y Bayern Múnich-Chelsea.
Tampoco puede olvidarse que, inmediatamente después de terminar la competición liguera en el país de Cristiano Ronaldo, deberá jugarse la final de la Copa de Portugal entre el Benfica y el Oporto. Aún falta por designarse el escenario que la albergará, pues quedó descartado (por motivos de seguridad) el estadio inicialmente previsto: el de Jamor, en Oeiras, a 15 kilómetros de Lisboa en dirección a Cascais.
Esa esperadísima lucha por el torneo del K. O. tal vez se celebre con público en las gradas a finales de julio, de acuerdo con los planes filtrados por algunos medios. Eso sí, con una reducción del aforo y todas las garantías para respetar la distancia social.
Los equipos portugueses ya llevan varios días realizando de nuevo sus sesiones de entrenamiento. Así, por ejemplo, el Sporting de Lisboa establece que cada jugador solo puede ejercitarse en el campo guardando un mínimo de 10 metros de alejamiento de los demás compañeros.