En la extraordinaria entrevista que le realizó Luis De Jesús a Tuto Quiroga para El Nacional, el expresidente boliviano hace gala de un conocimiento y una conciencia a plenitud acerca de lo que ocurre en Venezuela, especialmente en cuanto al apoyo de Irán, que va más allá de unos simples litros de gasolina.
El exmandatario del país sudamericano, e integrante del prestigioso grupo IDEA, expone la alarma suya, la misma que debería estar causando a los vecinos más cercanos a Venezuela como Brasil y Colombia ante el hecho de que la nación islámica esté sustentando materialmente a los criminales adueñados del poder venezolano: “… están todos los elementos de fuerza, de choque y terroristas”. Su llamado angustioso se extiende a todo el continente, a EEUU y Canadá y a los países que no han respaldado la aplicación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), como Chile y Costa Rica, para que se den cuenta pronta del problema geopolítico que está representando nuestro país en este momento. Señala que es indispensable invocar el TIAR, que Venezuela, al finalizar la cuarentena, será un país somalizado. Se pregunta en torno al problema, luego de señalar a Maduro y sus secuaces como criminales, “conglomerado criminal mafioso” y, cuyo régimen no se sostiene con impuestos, ni con la venta del petróleo, ni sus derivados, sino que vive del crimen: “¿Cómo se combate el crimen?”
Quiroga defiende el liderazgo opositor por ser reconocido en el mundo democrático. Sin embargo, choca con las ideas manejadas en este liderazgo, al menos así se deduce, especialmente en cuanto al plan más novedoso que este sostiene, ése de cohabitar con los criminales o sus cómplices. Porque incorporando cómplices no es como se combate el crimen, buscándoles a los criminales “su salida de menor costo”, no es como se combate el crimen.
Recordemos que el Tratado Interamericano, justamente nacido en Río de Janeiro, Brasil, en 1947, contempla también la defensa ante cualquier otro hecho no armado que ponga en peligro la paz y la seguridad americanas, como es el caso. En tal sentido, Quiroga pide a los países americanos dejar la retórica, actuar o dejar de fundar falsas expectativas a los venezolanos y al continente.
Cierto sector opositor, su terca gente, quienes se han planteado, como respuesta a la crisis, salvar de cualquier manera, proteger, la perdurabilidad del régimen, incorporándolo a la cada vez más lejana transición de ese modo, deberían poder escuchar, ya que les encanta el diálogo. Por ejemplo, han venido empleando especialmente los diálogos, rechazados por cierto por Quiroga como herramienta, por carecer de efectividad. Deberían más bien concentrarse en las palabras de Tuto, para enrrumbar mejor la situación y dejar de ser obstáculo a la actuación que los criminales merecen, con la invocación y aplicación práctica e inmediata del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) y el involucramiento más directo de Brasil, Colombia y Canadá en este embrollo político y humanitario. Hay que decirle adiós a la también miserable cohabitación y proceder de inmediato a propiciar el derrumbe más completo y definitivo de la tiranía, ésa que con su presencia allí ensuciaría de cualquier modo la anhelada transición. No sobra tiempo. La gente clama desesperada por una respuesta a su sufrimiento diario en Venezuela.
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