El Banco Central Europeo (BCE) mantendrá una reunión la próxima semana que una vez más distará de ser un cónclave tranquilo. Por un lado, se debatirá sobre el programa de compra de bonos contra la pandemia (PEPP) sobre el que aún no hay ningún tribunal europeo que haya emitido un fallo en contra (lleva menos de tres meses en funcionamiento). Parece probable que se acuerde una ampliación del mismo en junio o julio, como muy tarde. Por otro lado, el Consejo de Gobierno del BCE tendrá que analizar en profundidad el fallo del Constitucional de Alemania que pide al banco central explicaciones sobre el programa de compras previo al PEPP, conocido como PSPP por sus siglas en inglés. Este programa, con menor peso mensual ahora mismo que el PEPP, ha sido cuestionado por el TC alemán por supuesta falta de proporcionalidad (demasiado grande y aparatoso para lograr un objetivo de inflación). Esta acusación deja la puerta abierta a que en el futuro se abran procesos contra el PEPP, cuyo tamaño actual es de 750.000 millones de euros, pero podría llegar a duplicarse en los próximos meses.