Agentes del Seprona de la Guardia Civil han abierto investigación al dueño de 25 perros, a los que tenía en una rehala de Linares de Riofrío (Salamanca), y a un veterinario colegiado por presuntamente extraer chips de canes fallecidos para instalarlos en otros de la misma raza y modificar las cartillas y la base de datos de animales de compañía de Castilla y León.
Según la información de la Comandancia de Salamanca remitida a Europa Press, los responsables del caso, en seguimiento desde el pasado año, han abierto investigación al propietario de la jauría y al veterinario colegiado como supuestos autores de un delito de falsificación de documento oficial.
Durante este proceso, los agentes han comprobado documentalmente cómo el dueño de la rehala, con la colaboración del veterinario, extraía el microchip del perro de su propiedad cuando fallecía y lo implantaba en otro animal de raza y capa similar.
Para ello, el veterinario expedía el correspondiente pasaporte para animales de compañía, «cartilla del perro», con los datos del nuevo y el microchip del fallecido, y modificaba la fecha de nacimiento del perro fallecido por el día de nacimiento del receptor en la Base de Datos del Sistema de Identificación de Animales de Compañía de Castilla y León.
Con ocasión de la inspección física de las instalaciones, los agentes han identificado un total de 25 perros, cuatro de ellos sin identificación; y, además del delito de falsificación de documento oficial, han formulado «diversas denuncias» por el incumplimiento de varios preceptos de la normativa sobre animales de compañía.
