Un grupo de paleontólogos ha hallado en Morella (Castellón) un nuevo yacimiento con restos de dinosaurios que habitaron la zona hace más de 125 millones de años y que corresponden a elementos esqueléticos de vertebrados y moldes de moluscos.
La mayor parte pertenecen a un único individuo de dinosaurio saurópodo, aunque también se han reconocido restos óseos de tortugas y cocodrilos y dientes de dinosaurios carnívoros del grupo de los espinosaurios -un animal semejante a Vallibonavenatrix cani, recientemente descrito en la cercana población de Vallibona y cuyos restos también se habían identificado en Morella -.
Los vestigios más relevantes son los del dinosaurio saurópodo, de unos 20 metros de longitud, del que se han podido identificar vértebras del cuello y del dorso, huesos de la cintura pélvica, como un isquion, y elementos de las extremidades anteriores y posteriores, destacando un fémur casi completo.
De hecho, presentan «un elevado interés científico» ya que, preliminarmente, se pueden atribuir a un representante del grupo de los titanosauriformes. Además, su presencia está documentada en muchos yacimientos de Morella y los recientes estudios sobre estos materiales apuntan a que los titanosauriformes presentes en el Cretácico Inferior de la comarca de Els Ports pueden pertenecer a formas aún desconocidas que difieren en algunos caracteres con el resto de los miembros del grupo conocidos en la Península Ibérica.
A pesar de que la información disponible hasta este momento no ha sido suficiente para confirmar de forma contundente esta propuesta, los datos que aporten los nuevos restos hallados en la conocida como Cantera del Mas de la Parreta de la localidad castellonense pueden relanzar el estudio de estos dinosaurios y contribuir a mejorar el conocimiento sobre las faunas dinosaurianas de la Comunidad Valenciana.
También pueden ayudar a trazar mejor sus relaciones con registros cercanos como el titanosauriforme Tastavinsaurus sanzi, encontrado hace unos años en Peñarroya de Tastavins (Teruel).
La recuperación de los restos fósiles se ha producido como consecuencia del control sistemático que se realiza en la concesión minera por parte de la empresa Vega del Moll y del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED y ha contado con la colaboración de miembros de la Asociación Paleontológica de Vinaròs.