El pasado 16 de diciembre un hombre denunció que un grupo de policías, “seis o siete” que iban de paisano, habían agredido a su sobrino, un joven de 17 años nacido en Melilla, frente al establecimiento McDonald’s. Según la denuncia interpuesta a la que tuvo acceso el El Faro de Melilla, el menor, tuvo que ser atendido en el Hospital por “policontusiones en todo el cuerpo”. En la denuncia, el hombre relata que sobre las 00:15 horas, “viendo que se hacía tarde”, dijo a su sobrino y a otros tres amigos suyos que se fueran a sus casas. Unos momentos más tarde, uno de los menores que acompañaban a su sobrino, se acercó corriendo en su bicicleta y le contó gritando que a su sobrino “le estaban pegando entre varias personas”. Sin embargo, este relato es solo de parte del denunciante. Por su parte, los sindicatos policiales indican que los hechos no se produjeron así. Mediante un comunicado aseguran que los policías -a los que delegación del gobierno anunció la apertura de un expediente disciplinario- que se encontraban ese día fuera de servicio, estaban cenando en el establecimiento de hamburguesas cuando dos menores se acercaron a pedirles dinero, a lo que los agentes se negaron al tiempo que se les invitó a que abandonaran el local y que no molestasen a los clientes.
A la salida del establecimiento, destacan en el comunicado, seis menores, entre los que se encontraban los dos que habían entrado al local a pedir dinero, “esperaron a los policías a los que increparon con insultos, llegando incluso a atacarles con botellas y piedras, resultando heridos dos policías que, a día de hoy, continúan de baja”, y el resto tuvieron diferentes contusiones por todo el cuerpo. Tras el ataque llegaron vehículos policiales de servicio con los que, destacan “se consiguió reducir y controlar a uno de los menores agresores, quien ofreció una fuerte resistencia, siendo trasladado para ser atendido de las lesiones”.
