Errar es de humanos. Y Andrés Manuel López Obrador es humano. Y su equipo de colaboradores, y sus secretarios y técnicos también son humanos... y se equivocan.
Pero dos errores en apenas unos días preocupan, sobre todo cuando se trata de asuntos tan importantes como la autonomía universitaria, y el presupuesto para las universidades. Allí los errores dejan de ser simples anécdotas, para convertirse en problemas que se descubrieron a tiempo; si es que fueron errores, claro.
Primero fue el caso de la autonomía universitaria. El pasado 12 de diciembre López Obrador envió al Congreso de la Unión su propuesta de reforma educativa. Todo iba bien, hasta que por la noche el diputado federal panista por Guanajuato, Juan Carlos Romero Hicks, se dio cuenta que el documento oficial recibido omitía de tajo toda referencia a la autonomía universitaria, algo que está contemplado en uno de los artículos de la Constitución Política del país. De inmediato el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, salió a negar cualquier intención de eliminar la autonomía y, al día siguiente, el gobierno federal reconoció que por un error de mecanografía, se habían cambiado incisos del artículo tercero, lo cual se corrió para evitar un error grave.
El segundo error fue el del presupuesto para las universidades, el cual se redujo prácticamente para todas en la iniciativa de Ley de Egresos federal para 2019. La UNAM, IPN y UAM, entre otras universidades, incluyendo la de Guadalajara, tendrían menos dinero el próximo año porque si bien se les dio más dinero, al momento de hacer el cálculo de inflación 2018, terminarían perdiendo.
En este caso el gobierno federal también reconoció su error. Y aunque no dieron detalles de por qué ocurrió, AMLO dijo simple y llanamente que se modificaría la iniciativa para que las universidades tuvieran al menos el mismo presupuesto de 2018, más la inflación, pues era una promesa de campaña. “Se va a reparar ese error”, dijo públicamente el presidente.
La buena noticia es que, en el incipiente gobierno actual, se reconocen los errores y se corrigen. La mala es que ocurran, insisto, en temas tan delicados.
Ojalá también resulte que hubo un error al asignar el dinero para Jalisco en 2019.
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