La organización conservacionista WWF ha destacado, a modo de balance de 2018 en lo que respecta a casos registrados de atropellos de lince ibérico en las carreteras españolas, que el 20% de los mismos ha sucedido en dos puntos negros de la red de carreteras de Andalucía.
«La "buena noticia" es que gracias a nuestra campaña 'Ni un lince más atropellado' hemos logrado el compromiso del Ministerio de Fomento para repararlos en 2019», explican desde la ONG. A ello se refería, en declaraciones a Europa Press, el responsable del Programa de Especies de WWF España, Luis Suárez, quien detallaba que, tras una reunión con la Dirección General de Carreteras se confirmaba, se ha confirmado el inicio de las obras en la carretera A-4 vinculadas al programa Life Iberlince, para la «Recuperación de la distribución histórica de la especie en España y Portugal». También se están tramitando y a punto de licitarse los trabajos en esta vía fuera del proyecto y en la N-420 que une Cardeña y Montoro (Córdoba).
«Hace años que venimos alertando del problema. Una de las principales amenazas para la supervivencia del lince ibérico son los atropellos en las carreteras: hasta ahora, 2017 ha sido el año con mayor número de linces atropellados (31 ejemplares), pero este año la cifra es muy similar, con 27 linces muertos en las carreteras, y podría ascender antes de que termine el año; no podemos permitir que continúe esta tendencia», expone la organización en un comunicado.
Los esfuerzos de conservación realizados durante los últimos años para aumentar los linces en libertad y alejar a la especie de la extinción han sido «exitosos», según WWF, pues la población del felino ha pasado de 300 ejemplares en 2014 a 600 en 2018.
A medida que la población de lince crece, el riesgo de que mueran en las carreteras también aumenta
«Ya hemos logrado que las obras comiencen en los dos puntos negros en los que han muerto el 20% de los linces en 2018. En pocos meses comenzarán las obras en otros tramos peligrosos. Aunque estas medidas son importantes, necesitamos ser más ambiciosos y buscar una solución integral: pedirle al Gobierno un plan a gran escala de corredores y pasos de fauna en toda la península», concluye Suárez.
