Inaugurado en 1912, demolido y reconstruido en su actual sede 20 años después, el hotel Fénix, sigue reinventándose y recientemente ha reservado dos pisos para funcionar como hostal e impulsar la promoción artística a través del patrocinio de residencias artísticas. El resultado, un hotel que ostenta tanto en muros interiores como exteriores, murales coloridos y un acervo artístico más amplio en el que también algunas obras de mediano y gran formato de jóvenes artistas se suman a muebles y obras de artistas como Alejandro Rangel Hidalgo
Cecilia de Regil, directora de Relaciones Públicas de este hotel ubicado en la esquina de López Cotilla y Corona, comenta que el programa de residencias consiste en que los artistas viven en el hotel un periodo de tres meses y cada mes entregan una obra. Hasta el momento han sido residentes Juan Diego Covarrubias, Agustín Ramírez, Gibrán Turón, Sara Cervantes y Ernesto, muralista quien a su vez invitó a Jameson Grondon y Daniel Acosta. Estos tres últimos en los pisos que funcionan como hostales pintaron un mural que ostenta según Ernesto “un paisaje agavero, un viajero y una serpiente que muestra una aventura del viaje”. Las residencias iniciaron en febrero de este año. De Regil dijo que en afán de renovar sus servicios de las 220 habitaciones, que tienen 16 de ellas funcionan como hostal, todas decoradas por el artista Alan Piper.
Alistan libro
Cecilia de Regil, elabora actualmente el libro titulado Hotel Fénix en el que rescata la historia de las fincas que lo han albergado, además de sus propietarios y huéspedes. La autora detalla que en el libro habla de “el Primer Fénix, que lo construyó el arquitecto Guillermo García de Alba, cuando los dueños eran los Ramírez Urzúa que provenían de los altos de Jalisco, eran ferreteros. Ellos eran también dueños de la entonces “Fénix” duraron pocos años como dueños y después lo tomo la familia de Modesto Barreto, que tiene un bisnieto que aun vive. Solo tuvo dos hijos Gustavo y Modesto, quienes comenzaron a manejar el hotel Fénix, como en los ochenta, haciendo mejoras al hotel. El estilo de la casa que alberga hoy al hotel era español, muy grande, era la casa de Francisco Velarde, el Burro de Oro que apoyaba al emperador Maximiliano”.
En el libro se mencionan también los servicios que llegó a ofrecer el hotel. “Tenía los primeros baños turcos que hubo en Guadalajara. “No era un hotel para cualquiera, era para la gente bien de esas épocas, esos baños estaban en el sótano, entrando por el lobby por unas escaleras tipo francesas, ahí había un bar. En ese tiempo además de los baños, los elevadores, como eran tan lentos, tenían también una mesa con sillas, para que en lo que subían y bajaban, la gente esperaba”.
Cecilia de Regil rememoró que por el hotel han pasado muchas personalidades, “tenemos dos libros de registros de 1926 y 1925 donde aparece que Ávila Camacho, Lázaro Cárdenas, estuvieron ahí, pero con la demolición se perdieron muchas cosas”, y agregó que la mayoría de los muebles que tienen en las habitaciones y varios cuadros son obra de Alejandro Rangel Hidalgo.
SRN
