¿Cómo percibes esta necesidad que existe en el entorno de ganar algo pronto... son casi 20 años sin un título de liga y qué genera esto dentro del jugador? Así recibió la prensa a Edgar Méndez el día de su presentación. ¿Pesa el pasado en Cruz Azul? fue lo primero que le preguntaron a Lichnovsky, cuando hace seis meses llegó del Necaxa sin creer en historias de fantasmas. ¿Estás consciente de la deuda histórica de tu nuevo equipo?, fue el primer cuestionamiento en la presentación oficial de Cauteruccio un año atrás. ¿Acabarás con la maldición de Cruz Azul?, le soltaron a Elías Hernández en entrevista telefónica cuando ni siquiera se había oficializado su fichaje del León. ¿Puede acabar por fin Cruz Azul con la sequía de más de 20 años? tuvo que responder Madueña en su primer día llegado del Atlas. A Caraglio le tocó la de ¿hay una presión especial en Cruz Azul? en su primera vez ante los medios. Fue la misma pregunta que le soltaron a Aldrete recién llegado al Aeropuerto de la Ciudad de México hace dos años. Y a Gerardo Flores hace siete. Y a Jesús Corona hace nueve.
En la cabeza de todos y cada uno de los jugadores de Cruz Azul está insertada la maldición de Cruz Azul desde el primer día. En cada triunfo, en cada derrota, en cada antesala a un partido importante el fantasma está presente, invocado por millones de memorias que impiden sugerir que este plantel esté blindado ante el pasado.
En este nuevo clímax de su tragicomedia, Cruz Azul hace frente hasta a cuatro maldiciones. La del líder general (el segundo lugar ha salido 14 veces campeón contra únicamente siete del superlíder). La perversa paternidad de su rival (hace 11 partidos que es incapaz de vencer al América. La del subcampeonísimo (ha perdido nueve de sus últimas 10 finales de liga). Y por supuesto, la de los años sin salir campeón: 21 años, 41 torneos.... y los que se sigan acumulando cuando sus futbolistas, un año más, sean incapaces de sobreponerse a la despiadada presión que, es inevitable, les condicionará desde el minuto uno hasta el 180 y más allá.