En toda contienda, los rivales en primer lugar –con permiso de la elaboración de las listas, con las tensiones que provoca– estudian a sus adversarios, su táctica y su estrategia. La precampaña ha estado centrada en ello y, como novedad en la era de los «destripes» –ahora también llamados «spoilers»–, en esta ocasión, incluso, los partidos han avanzado sus preferencias de pacto y sus vetos. Cs, de entrada no con PSOE. PP, con los naranjas y Podemos apoyará la investidura de Díaz sin formar gobierno. Las cartas están sobre la mesa. Las propuestas, no tanto. El jueves a las 00:00 horas arranca la campaña y los partidos comienzas a tirar de la artillería de las grandes líneas programáticas. Los grandes servicios ya han saltado a la palestra. Susana Díaz anunció la «gratuidad» –con cargo a los impuestos– de los libros de texto para la Educación Infantil de 3 a 6 años. El Partido Popular prometió una reorganización del Servicio Andaluz de Salud y un plan de infraestructuras sanitarias «sin precedentes». La educación y la sanidad, precisamente, han sido dos de los pilares del Estado de Bienestar que mayores protestas aglutinan en los últimos tiempos.
La candidata a la reelección por el PSOE-A, Susana Díaz, señaló ayer en Córdoba que si los socialistas obtienen «la confianza mayoritaria de los andaluces el 2D el Gobierno de Andalucía pondrá los libros» para la Educación Infantil «de tres a seis años, gratis en todos los colegios». Díaz señaló que son los libros «más caros» porque además son de un solo uso y «a veces hay que tirar de la pensión del abuelo» para comprarlos, señaló. Con esta medida se incrementarán, dijo, «los 5.000 euros de renta indirecta» que recibe anualmente cada familia andaluza a través de los libros, «las becas para el comedor y las becas para el transporte». Díaz también señaló que no dejará que «se apague la luz» de la educación «en ningún municipio de Andalucía» porque en el ámbito rural «esto no va de ratio, sino de igualdad de oportunidades». Supone, señaló, «el mejor elemento para vertebrar Andalucía, para ahuyentar el fantasma de la despoblación».
La educación y, con ella, la infancia, entran de lleno en campaña. El veredicto de Save the Children es claro respecto a la importancia de los niños para los partidos políticos: «La infancia no es una prioridad porque no vota». Desde la ONG reclaman que la comunidad se sitúe a la cabeza de las políticas sociales contra la pobreza y la violencia infantil y los derechos de los menores migrantes. Poco después de que se convocaran las elecciones, enviaron su Agenda de Infancia a todas las formaciones. Su responsable regional, Javier Cuenca, admite que «existe un alto consenso político» en esos temas, pero el problema es que las medidas adoptadas no han conseguido cambiar la vida de esos niños. Casi seiscientos mil están en riesgo de pobreza, según datos facilitados por la ONG. Son más de uno de cada tres menores andaluces. La pobreza severa afecta al 19% de esos niños. «La escasa variación de estos porcentajes en los últimos años, nos hace pensar que nos encontramos ante una preocupante cronificación de la pobreza severa infantil en Andalucía», asegura Cuenca. La crudeza de las cifras se opone a anuncios como el de la presidenta de la Junta de aumentar la gratuidad de los libros a los escolares de 3 a 6 años. Cualquier iniciativa para aliviar el coste educativo de las familias es bienvenida, pero para Save the Children las ayudas deben ser directas. Su propuesta es que las prestaciones sociales no contributivas se dirijan a la infancia, implantando, si es necesario, una ayuda mensual específica. La invisibilidad de la violencia es otra de las preocupaciones trasladadas a PSOE, Adelante Andalucía, PP y Ciudadanos. Desde la ONG, solicitan mecanismos para prevenirla y lograr que afloren los maltratos ocultos. Como medidas de intervención, recomienda formar a los trabajadores públicos en este ámbito e incluir la educación afectivo sexual en el currículum escolar desde la primera etapa, de 0-3 años. En cuanto a los menores extranjeros que llegan solos a España, destacan que en 2017 Andalucía acogió al 34% del total; este año, se ha hecho cargo de la mitad. Sin embargo, Cuenca critica que todavía «tanto en la legislación de extranjería como en su atención, prima la condición de extranjero negando su condición de niño o niña, sin garantizar de manera correcta sus derechos». Para velar por ellos, propone la figura del Guardián del Menor y agilizar la burocracia para que sean ciudadanos de pleno derecho.
Por su parte, el presidente del PP-A, Juanma Moreno, prometió desde Huelva –«epicentro de la pésima gestión socialista» de la Sanidad– que si es elegido presidente impulsará una reorganización del SAS. «Es posible porque, a pesar de tener déficit en infraestructuras y un mal sistema de organización, tenemos la base, que son buenos profesionales». «No voy a poner a políticos al frente de la gestión sanitaria, quiero liderazgo clínico», añadió Moreno. El programa del PP-A, defendió, apuesta por una sanidad «de calidad para todos e igualitaria», para que los andaluces «vivamos donde vivamos, tengamos los mismos derechos y servicios». Moreno abogó por «empezar a cambiar muchas cosas dentro del sistema público de salud» y se refirió a la Atención Primaria, con cuyos profesionales, que han anunciado movilizaciones, se solidarizó, prometiendo que si es presidente limitará el número de citas diarias a 15 y habrá 10 minutos por paciente «para que tengan tiempo para que haya esa relación de confianza». En atención oncológica, prometió un máximo de 30 días para el diagnóstico y que se aborde esta enfermedad en toda la comunidad, «porque en estos casos, cuanto más rápido y mejor se hagan las cosas más posibilidades hay de que el paciente se recupere». Para una operación quirúrgica, estableció no más de 60 días, y de 15 para que citen al paciente en Consultas Externas. Los populares también abogan por acabar con la subasta de medicamentos ya que Andalucía «es la única región que la utiliza, privando a los ciudadanos de tener todo un rosario de fármacos que están a disposición del resto de españoles; quiero los mejores fármacos para los andaluces».
Juanma Moreno prometió equiparar a los sanitarios andaluces con los del resto de España y ampliar la cartera de servicios, acabando con la lista de espera en reproducción asistida, haciendo el cribado de cáncer de colon desde los 50 años o dotando de equipos de ictus especializados a todas las provincias. «Lo que se pretende es poner la sanidad andaluza a funcionar», subrayó el candidato del PP-A.
