Natalia Lamas, presidenta de los Amigos de la Ópera de La Coruña, deriva generosamente siempre el éxito de las programaciones líricas herculinas al talento de su director artístico, con quien desde 2003 la asociación ha producido más de cincuenta títulos y conciertos con artistas de talla internacional. César Wonenburger, periodista y crítico antes que programador, recibe el galardón como una recompensa al trabajo colectivo de todos estos años, una carrera de fondo salpicada de obstáculos en forma de recortes presupuestarios.
¿Es un premio a la audacia o a la resistencia?
Creo que habría que añadir también a la excelencia artística, pero esos dos rasgos están también, la audacia en la programación y la resistencia por continuar en circunstancias muy complicadas. Es un premio de solidaridad del resto de teatros españoles para que sirva como toque de atención a las administraciones. Es un premio muy importante, porque es el que te da la profesión, concedido por los 26 teatros y festivales más importantes de España, en el que además hubo que competir porque había más de 20 aspirantes al galardón
¿Cómo se le explica a los colegas de la profesión que cada año hay buenas críticas pero menos presupuesto?
Algún político nos ha dicho que como se consigue una calidad estupenda, el premio es que no hacen falta más recursos sino menos, una suerte de prueba. Nadie lo entiende en el resto de España cuando hay reuniones de Opera XXI. Nos dicen que en todo el país ha habido recortes durante la crisis, pero ninguno de la gravedad de los de La Coruña, en los que se cancela toda una programación. En otros teatros ha habido un suelo que no se ha traspasado, se redujo algún título en Sevilla o Bilbao, pero manteniendo un mínimo. Aquí la gente no se lo explica
¿La audacia se agota?
Cuando nos comunicaron la cancelación de la temporada lírica y nos dijeron la disponibilidad presupuestaria para una programación de calidad, dijimos que haríamos lo que pudiéramos. Y en eso hemos estado. Antes de que desaparezca la actividad lírica, haremos todo lo posible por continuar bajo la premisa de no rebajar en ningún caso la calidad. Al final hay que hacer muchas menos cosas, renunciar a actividades paralelas, a un título representado…
¿Frustra programar lo que se puede y no lo que se quiere?
Es frustrante no ya como programador, sino para el público, que suele pedir títulos. El programa que tú plantearías en una temporada, aquí lo pensamos en varios años. Es frustrante para los artistas, que ven impedida su capacidad de poder actuar. En el año y medio de la temporada lírica, incorporamos cada vez más cantantes jóvenes gallegos, que se van fogueando en papeles pequeños. Y también es frustrante para los trabajadores y técnicos, que ven menguar su actividad.
¿Se puede ir a más cuando presupuestariamente se va a menos?
El futuro… quién lo sabe, teniendo en cuenta las circunstancias políticas. Sí es cierto que hay señales positivas. Tuvimos una reunión muy satisfactoria en el Inaem, en la que reconocieron que la programación lírica de La Coruña está infrafinanciada. Y nos han dicho que debe solucionarse, ofreciendo una mejora en los próximos Presupuestos. Pero claro, eso depende de que haya cuentas públicas.
De patrocinios privados ni hablamos, claro
Esto nos lo dicen las propias administraciones, que debemos fomentarlo. Pero claro, en La Coruña prácticamente todo el patrocinio privado se lo lleva la Orquesta Sinfónica, por lo que es difícil convencer a las empresas.
Sufre usted a tres administraciones de colores políticos distintos. ¿Coordinarlas es misión imposible?
Es muy difícil porque los equilibrios son complicados, al entrar dentro de los juegos de poder. El año pasado una administración nos decía que nos subía la subvención si hacía lo mismo otra. Es una sucesión de envites y órdagos. Si usted tiene la voluntad de aportar más recursos, hágalo, no espere a que otro lo haga. Es también una forma de escudarse en esa excusa para no hacerlo.
¿Han recibido algún mensaje de los poderes públicos tras este premio?
Nos ha sorprendido mucho, porque hemos recibido felicitaciones de toda España, de artistas, de instituciones, de personas anónimas, de candidaturas a determinados puestos políticos, pero de las administraciones públicas, ninguna.
¿La solución para más ingresos es subir los precios de las entradas?
Creemos que no. y esto se nos ha sugerido en algún momento. La ópera es el espectáculo más complejo y caro que hay, y tiene siempre una financiación de los poderes públicos, no porque tenga que ser así, sino porque la promoción y el acceso a la cultura es un deber constitucional de los Estados. Si quieres crear público, tienes que facilitar que cualquier persona pueda acceder a un espectáculo de primer nivel. Si no, estamos en lo de siempre, en esas acusaciones de si la ópera es elitista, si las entradas son muy caras… En Valencia, cuando llegó Compromís, aportó un millón de euros más al Palau de Les Arts para que las entradas fueran más baratas. Esa es la vía. A nosotros nos enorgullece contar con público de todas las edades y clase social, que cualquiera en esta ciudad asiste a una ópera.
Lo que costó conseguir la temporada lírica, y qué poco duró el sueño…
La verdad es que era una aspiración de mucho tiempo. Siempre se habló de la necesidad de tener una temporada y lo absurdo de mantener dos festivales de ópera en la ciudad. Y cuando tuvimos la temporada, y funcionaba y tenia éxito (porque el último premio lírico que hubo, en 2015, fue al mejor concierto de Bryn Terfel en La Coruña), y además con el presupuesto más bajo de toda España. No era una cosa exagerada.
¿Pensar en recuperar la temporada lírica es realista?
No depende de nosotros, sino de muchos factores. Podría ser. Por qué no. si vuelven a darse las circunstancias favorables, podría ser. Nosotros estamos preparados para llevarlo adelante. Creo que la Sinfónica tiene huecos y posibilidades de hacerlo, y desde el punto de vista de la financiación, no creo que fuera tan oneroso para las administraciones. Repartir entre cuatro el 1,2 millones que costaba la programación era una cosa asumible.
¿Y la posibilidad de incorporar la lírica a la temporada de la Sinfónica, aunque eso suponga menos conciertos?
Eso ya se hizo en alguna ocasión. El Consorcio se ocupó un año de organizar el festival de ópera, y aquella experiencia no duró ni fue muy positiva. Lo que sí funciona es la colaboración entre Amigos de la Ópera y el Consorcio. La orquesta tiene huecos en su programa para poder dedicar más tiempo a la ópera. Pero eso depende también del deseo que tenga la propia Sinfónica de hacer más ópera.
¿Y existe ese deseo?
Yo me atengo a las palabras del gerente del Consorcio cuando se canceló la temporada, aquella frase de que «la orquesta no estaba para hacer ópera», y fue contestado en un artículo por Alberto Zedda, que le recordaba que las grandes orquestas del mundo lo eran porque, entre otras cosas, interpretaban ópera. Forja mejores músicos.
¿Ha perdido posiciones La Coruña en el panorama operístico nacional?
En la calidad, no. se sigue apreciando. Hay varios termómetrso que a nosotros nos indican que es así: siempre que viajamos recibimos felicitaciones y se habla muy bien de las cosas que hacemos aquí, y luego los mensajes de determinados cantantes que se mueren de ganas de cantar aquí, esperando que los invitemos. Pero sí es cierto que para estar en la primera división de la ópera hay que hacer ópera.
¿Cree que se intenta asfixiar a Amigos de la Ópera para que abandonen y que alguien se quede con la programación lírica?
No lo sé, no se me ocurre. Son 65 años organizando la ópera en la ciudad, con los resultados que se conocen. No creo que nadie quiera borrar ese legado. Lo inteligente siempre en estos casos es colaborar y sumarse a los éxitos. Por eso cuando hubo algún recelo cuando organizábamos la temporada lírica respecto a quien beneficiaba el éxito, siempre dije que el éxito era de La Ciudad, no de Amigos de la Ópera.
En 2010 hubo una programación sinfónica bajo la marca de Xacobeo Classics que usted dirigía. ¿La habrá de nuev en el próximo Xacobeo 2021?
Hubo entonces un consenso en que mejor funcionó en aquel Xacobeo 2010 fue la programación de música clásica. El director del Festival de Peralada llamó para preguntar cómo era posible hacer todos esos conciertos contando con aquel presupuesto, que rondaba los tres millones de euros. Y sin embargo, a día de hoy, nadie se ha interesado por continuar con una marca, la de Xacobeo Classics, que pertenece a la Xunta, y se podría reactivar. El interés por ahora es cero.