A escasas semanas de que tomen posesión los nuevos alcaldes mexiquenses, luego de un largo y tortuoso periodo de transición (prácticamente seis meses), las nuevas administraciones municipales tienen poco qué celebrar, casi todas heredarán municipios quebrados y con mucho enojo colectivo por temas como la inseguridad.
La apatía de los alcaldes salientes se hizo evidente pasada la elección: en donde habrá alternancia se dejó de trabajar, la frustración que aún embarga a los ediles que esperaban “repetir” en el cargo, pasó factura en automático a la población; cesó la construcción de obra y en muchos casos, hasta la prestación adecuada de servicios vitales como la recolección de basura.
Desde el primer día en que asuman los nuevos, habrá una lluvia de quejas e irregularidades. La omisión de los alcaldes que perdieron en las urnas salta a la vista; los ayuntamientos que ahora en su mayoría estarán encabezados por morenistas, comenzarán a pagar “el pecado” de haber acaparado el voto.
Municipios urbanos altamente poblados como Toluca y Ecatepec, pasarán a las nuevas autoridades locales en condiciones lamentables; otros como Naucalpan, fueron dejados a la deriva, su alcalde ya despacha como diputado, en otros rurales como Tejupilco y Temascaltepec, los presidentes municipales en turno casi “desparecieron”, bajaron el perfil tras no ser reelegidos; en Aculco la alcaldesa abandonó el cargo para sumarse a la administración estatal, la lista es interminable.
Los “nuevos”, en cuyos equipos ya se “colaron” muchos rostros viejos, deberán sortear las “travesuras” que cometieronsus antecesores; la amargura que generó la pérdida del poder les dejará sorpresas desagradables, deudas millonarias y cascadas de laudos, no en vano los diputados locales buscan blindar a los nuevos alcaldes, para que no paguen por pecados ajenos.
R A S T R O S . . .
Valiente invitación atendió el comisionado de la Coprisem, Santiago Ramos Millán Pineda, a quien convocaron como invitado a un desayuno. Lo dejaron mirando mientras sus anfitriones, miembros de la Asociación de Empresarios y Ciudadanos del Estado de México, que encabeza Raúl Chaparro Romero, disfrutaban de ovíparo almuerzo integrado de huevos revueltos con frijoles, café, jugo, pan y fruta, delicias que el funcionario sólo vio pasar, porque nadie se preocupó por servirle. Pese al desaire, el titular de la comisión respondió a un bombardeo de preguntas... con el estómago vacío
