Durante esta semana, se llevará a cabo la segunda edición del Seminario de Buenas Prácticas del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social, FAIS. Retomando el diálogo que se sostuvo el año pasado con estados, municipios y organismos internacionales, este foro será el espacio idóneo para compartir los avances que ha tenido el FAIS durante la administración del presidente Enrique Peña Nieto, y del mismo modo, agrupará distintos puntos de vista y recomendaciones sobre cómo deberá evolucionar esta importante herramienta.
Cabe recalcar que uno de los principales logros en este sexenio ha sido la implementación de Lineamientos de Operación para la ejecución del FAIS, mismos que han permitido dirigir los recursos hacia el combate contra las carencias sociales. En este sentido, hace cinco años solamente dos de cada diez pesos se invirtieron en acciones que incidieron de manera directa en ellas, mientras que hoy se están destinando siete de cada diez pesos para este objetivo.
Otro punto central ha sido el establecimiento de la transparencia y la rendición de cuentas como principios generales para la operación del Fondo. Considerando que para este año se habrán invertido 73 mil millones de pesos, y que en toda la administración se habrán impulsado cerca de 500 mil obras, resulta fundamental proteger los recursos disponibles; mediante reglas claras y permanente capacitación, es posible incidir en la calidad de vida de las y los mexicanos en zonas vulnerables.
Asimismo, el FAIS ha jugado un papel valioso en la respuesta del gobierno federal ante desastres naturales. Tras los sismos de septiembre de 2017, y las afectaciones por huracanes y tormentas tropicales de este año, el Fondo se ha consolidado como una herramienta esencial para gobiernos estatales y municipales, ya que, con las declaratorias de emergencia y desastre, se pueden utilizar sus recursos para revertir los daños en infraestructura de las comunidades.
Vale la pena subrayar que, gracias al apoyo del Banco Mundial y el trabajo conjunto de las Secretarías de Desarrollo Social y de Hacienda y Crédito Público, el FAIS es hoy un ejemplo de cómo podemos ir ganando batallas contra la pobreza si fortalecemos nuestras capacidades desde lo local. Más allá de colores o ideologías, la cooperación y eficiente articulación de esfuerzos son pilares que deben sostener cualquier estrategia que se emprenda en el futuro.
Para no dejar a nadie atrás, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 marcan la ruta para lograr el desarrollo de las comunidades, reconociendo la importancia de construir pisos mínimos de protección para los más vulnerables. Por ello, el camino que tome el FAIS será fundamental para cerrar las brechas regionales en México; si algo nos han enseñado estos últimos años, es que la disminución de las carencias sociales y el rezago social transita necesariamente por la suma de voluntades y el fortalecimiento institucional.
